Para responder a esta cuestión, citaré a Walter Riso, un reconocido y recomendado autor: “Ser asertivo significa ser capaz de ejercer y defender los derechos personales como decir ‘no’, expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular, como lo haría una persona sumisa, pero sin violar los derechos de los demás, como haría una persona agresiva”; es decir, ni morder ni abatirse.
En realidad, la asertividad es una cuestión de dignidad, de saber poner límites, rechazar peticiones injustas, pedir favores y exigir cosas justas; ya que, si aceptamos pasivamente las ofensas y las injusticias, estamos admitiendo en los hechos que merecemos ser tratados de forma indebida. Además, el ser personas asertivas nos ayuda a resolver problemas, mejorar la comunicación, ser más seguros y al fortalecimiento de la dignidad y el amor propio. Invito al lector a que busque los llamados derechos asertivos, de los cuales citaré algunos:
• El derecho a cometer errores y ser responsable de ellos.
• El derecho a experimentar y expresar sentimientos.
• El derecho a cambiar de opinión.
• El derecho a decir “no”.
Pero no olvidemos un hecho muy importante, pues los derechos no pueden desligarse de los deberes, actuando como una moneda de dos caras, es decir, al primer derecho escrito aquí, estaría asociado este deber: “Deber de aceptar que el otro se puede equivocar, y dejarle margen para rectificar”, o este otro al último derecho escrito: “Deber de aceptar que alguien nos diga que no”. Recuerda que las relaciones sociales son cosa de dos y, por tanto, recíprocas.
Está claro que las relaciones deberían producirse de forma asertiva, pero no suele ser así, ¿Qué nos impide ser asertivos? Básicamente podríamos resumirlo en: la culpa anticipada, el miedo a herir psicológicamente a las personas, el miedo a no comportarse de manera apropiada y a ser evaluados negativamente por los demás; pero tiene solución. Si te cuesta ser asertivo, no dudes en acudir a terapia mejorar tus habilidades sociales y por supuesto, tu asertividad.