Es el mensaje que le dieron al dueño de un Lamborghini cuando fue a recuperarlo tras haber estado dos años detenido.¿Tanto lamborghinis hay para ser confundidos con utilitarios de serie? ¿Y no es el color amarillo demasiado llamativo para pasar desapercibido? Esta noticia es cabecera de portada del diario Ideal de Granada del día veintiocho del presente. Sale a la luz porque el Ayuntamiento ha tenido que pagar cerca de ochenta mil euros a su propietario por el error. No sé si pensar que ese lujo de coche duerme como una plancha entre la chatarra o buscar un destino más feliz y alejado de su ciudad. Puede que en tanto tiempo aparcado despertara sueños de pasión y economía en alguien que pudiera manejar los hilos de la libertad y se encuentre en algún país europeo. Nada es de extrañar y si esta noticia es rocambolesca e inverosímil, la que aparece debajo es lamentable.
Una paciente recién operada de hernia lumbar, cuando reposaba en planta, y en ausencia de enfermera y familiares sufrió el hurto de su móvil. El forcejeo que se originó entre ladrón y víctima fue muy dramático para la paciente que entre gritos de socorro y angustia acabó en el suelo ropiéndosele los tubos del drenaje, con tan mala fortuna que un trozo se le quedó dentro y hubo de ser nuevamente intervenida.
Cuesta trabajo creer la noticia. Andamos en un país de locos y frescos que campan a sus anchas arrastrando por delante a todo el que quiera. Y no son los maleantes desarrapados, éstos despiertan demasiado pronto la atención, sino personas con buen aspecto libre de sospechas, simpaticones que saben moverse con total libertad en cualquier sitio. Hurgar en las taquillas de los enfermos parece que cada vez es más habitual, sin contar la invasión del espacio privado a la que todo enfermo tiene derecho. Y todo esto ocurre a las once de la mañana donde el trajín de médicos y personal sanitario es constante.¿No nos fijamos en un extraño u ocurre lo mismo que con el coche? Hacemos la vista gorda y lo que venga después que la Administración lo solucione. Esto es aplicable a cualquier situación de nuestra cotidiana vida.