La rosácea es un trastorno de la piel que produce una hinchazón e incluso una rotura de los vasos sanguíneos más superficiales produciendo así un color rojizo muy característico, de ahí su nombre. Aún hoy se desconoce cuál es la verdadera causa que produce la rosácea, probablemente serán necesarios una combinación de factores tanto externos como de la propia idiosincrasia de éstas.
Esta enfermedad cutánea habitualmente afecta a la piel de la cara aunque también puede producirse en los brazos, las piernas y el tronco. En realidad se trata de un trastorno crónico inofensivo que cursa con períodos de mejorías y recaídas a lo largo de la vida, normalmente suele presentarse en la edad adulta. La rosácea es más frecuente en personas de piel clara y también en personas alcohólicas.
El diagnóstico lo establece el médico dermatólogo observando los síntomas, además del enrojecimiento de la cara que presentan muchos vasos sanguíneos en forma de araña en la zona, se ruborizan con facilidad, pueden presentar úlceras cutáneas similares al acné, nariz hinchada y tienen una sensación de ardor y picazón. El tratamiento va encaminado a mejorar lo posible a estos pacientes, ya que no existe cura para la rosácea. El tratamiento farmacológico utiliza antibióticos como las tetraciclinas, evitando en todos los casos los corticosteroides. Se aconseja evitar aquellas sustancias y alimentos que producen dilatación de los vasos sanguíneos, como por ejemplo el café, el alcohol, los refrescos con cafeína y los alimentos muy especiados o muy calientes.
De igual manera hay que evitar la exposición al sol, las temperaturas muy frías y el ejercicio físico intenso. Para terminar, nunca debemos olvidar que la verdadera belleza de una persona no reside en su aspecto físico, realmente la encontraremos en lo más profundo de su corazón.