Arriba, en la azotea, las alfombras del salón y del pasillo están sobre los tendederos de alambre recibiendo unas sacudidas formidables y un cepillado histórico. Era un disfrute ver como el polvo salía de ellas en dirección desconocida. Tapicerías de lana, seda, algodón…Y así se limpiaban las alfombras, ajenas aun a las aspiradoras, a las máquinas de vapor, a las escobas eléctricas o vaporetas verticales. Dejan pasar los recuerdos de otros tiempos, las palabras habladas sobre su espacio, las lágrimas caídas y confusas sobre los dibujos de colores desvaídos, porque el tiempo no pasa en balde. Los sentimientos alegres, los pensamientos rocambolescos, sonrisas ácidas o de compostura indefinida.
Alfombras en iglesias para una boda, en jardines para una celebración, en escaleras reales, en calles adoquinadas para comitivas oficiales, alfombras cubiertas de un ligero manto de rocío, alfombras rojas. Estos días y los próximos se volverán a extender estas alfombras que algunas veces y por azares del destino o del capricho de ser original en vez de rojas son azules o verdes. Alfombras de cine. Pasearán sobre ellas actores, actrices periodistas, ilusionados nominados, veteranos nombres, sonrientes mandíbulas, sandalias de Jimmy Choo o de Lodi, pero también dejarán de pasar a aquell@s que por no estar ahora en los top ten, se les dirigió a la puerta de atrás. La alfombra roja –azul solo es en este caso para los inmortales–. Así rozarán esos zapatos exclusivos aquellos encajes de priveé, estos tacones de aguja aquellas botas macarras pero diferentes. Se oirán aplausos, gritos de fans, el sonido de los autógrafos en papeles improvisados firmados con bolígrafos sacados del fondo de los bolsos. De este modo, sobre esas alfombras se pondrá en valor la expresión corporal, la elegancia o no. De todos estos requisitos y más las alfombras entienden muchísimo, más que nadie que las pise ese es parte de su designio.
Y así, en esta noche en la que todo se celebra y todo se reivindica pasará a ser un número en las orillas de las alfombras largas, infinitas llenas de ficciones y materia que vence al ángel del sueño.