También se llevan las escritoras, femenino plural. El día de las Escritoras comenzó a celebrarse el año pasado para rescatar el legado de las mujeres que escribieron y fueron olvidadas o poco reconocidas y denunciar, por supuesto combatir, la discriminación que sufrieron a lo largo del tiempo. Se eligió el lunes siguiente a la fecha 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús.
Invitada por la Diputación de Málaga tuve la suerte y el honor de participar en el acto de reivindicación de las autoras del pasado lunes con motivo del día de la mujer escritora en el Centro Cultural María Victoria Atencia. Yo elegí sacar a la luz de ese día a Cristobalina Fernández de Alarcón, antequerana.
Que una mujer escribiera en los albores del siglo XVI era todo un heroísmo. Cierto es, que lo que conocía de esta mujer valiente, era muy poco, siempre me la encontré muy unida a Pedro Espinosa en versos y en amores. Pero ella, Cristobalina por sí misma, educada en el humanismo, escribió desde poesía a teatro. Desgraciadamente todo se ha perdido. Sólo nos llegaron quince poemas. Poemas que nos trazan un retrato de Cristobalina muy inteligente, culto y desde luego de escritora.
Pensé que mi homenaje debía ser la lectura de algunas de sus poesías. Y eso hice, recreándome especialmente en la que está considerada su mejor glosa, la que ganó unas justas poéticas en Córdoba con motivo de la beatificación de Santa Teresa. Cristobalina nace envuelta en sedas y encajes de libertad renacentista. Y para mí que esta mujer tomó fuerza y determinación de la tierra que la acunó con mano firme.
El público asistente, no conocía a nuestra poeta, sólo unos pocos, porque cuando se inició el coloquio pude constatarlo. Así queme alegró muchísimo poder hablar de ella. Cristobalina a través de mi voz. Todo un privilegio.
