Y aunque aparentamos vivir sin necesitarlos, todo queda pendiente de que los catalanes formen Gobierno, los vascos puedan ver la retirada del 155 de las instituciones catalanas, y, además, puedan saborear el bombón que el Gobierno le acaba de hacer, cubierto de oro, por ser niños buenos, y prestar su firma sin más dilaciones para que los traídos y llevados presupuestos vean la luz.
Todos parados en espera de lo que las dos nacionalidades decidan: la una por no querer nada que huela a España, ni siquiera a sus vecinos aunque vivan en la puerta de enfrente y se hayan visto en montones de ocasiones con reciprocidad de favores y afectos. Los vascos aunque no muestran ser tan rompedores, por el momento, ambicionan un trozo mayor de la tarta nacional, hasta las migajas que pueden dispersarse para cualquier otro lado. El resto a esperar lo que se ha prometido. Este es nuestro caso en Antequera con la línea del AVE que parece la historia de nunca acabar.
En lo referente a la estación del AVE, nuestro alcalde, quiere que se liciten las obras pendientes que llevan mucho tiempo paradas y dejen por el momento la ampliación de vías. Sin embargo, los socialistas apuestan, como no podría ser de otra manera, por más inversión ¿de dónde los dineros? Pero no se conforman con pedirlo y tratar de negociarlo.
Deben de andar en un puro lamento ya que la respuesta de José Luis Espejo se lee duplicada, tal cual, en el periódico como si de alguna manera el ser tan pesado o reiterativo fuese algo bien estudiado de cara a su electorado. ¡Qué bien nos defiende! No cesa de repetir una y otra vez las propuestas socialistas, aún siendo las mismas, el eco queda. Y hay que recordar que ya mismo comenzamos una lucha en todos los partidos, que no ha tenido precedente y de consecuencias imprevisibles. Y si además olfateamos que en algunos de los más representativos hay encontronazos de división. Los Presupuestos se pueden hacer esperar y, obviamente, si vamos a elecciones, cambiar.
