«Sicko» es el título del genial documental del cineasta Michael Moore, estrenado a mediados de 2007.
La calidad de un documental estriba en la capacidad con que se documenta el hecho a conocer. Amén de los artificios cinematográficos que podamos utilizar, el desarrollo del hilo argumental debe ser directo. Michael Moore es implacable, donde el aderezo del humor negro, ayuda a digerir el amargo plato.
«Sicko», demanda al terrible sistema de salud de EEUU y la cruel manipulación de las agencias aseguradoras. Miles de casos documentados descubren a una mafia de sinvergüenzas que juegan con la salud del prójimo. La salud, junto a la educación son pilares fundamentales en una sociedad de bien.
Países como Francia, Canadá, Reino Unido o Cuba, poseen sistemas sanitarios con profesionales alentados y recompensados a realizar un trabajo sublime; huyendo de la corrupción y compraventa de la salud, tal y como la doctora Linda Peeno reconoció ante la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
En estos días el Senado, en España, ha aprobado que nuestro sistema sanitario pueda asistir a todo español en territorio nacional, pero ¿qué clase de asistencia?. Nuestros profesionales de la sanidad, se quejan constantemente de las condiciones precarias en el trabajo. Ahora, en tiempos de especial sensibilidad, debemos exigir a la Administración la correcta puesta en marcha de recursos, donde la excelencia de nuestros profesionales y el control sirva a una población que pide a gritos a las administraciones menos politiqueo e influencias externas y más asistencia directa al ciudadano, con hechos marcados por acciones directas que repercutan en la vida personal. «Sicko» en palabras del autor «es una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico de la tierra».