Las nuevas modalidades de Periodismo, que nos llegan desde las redes sociales, no cabe duda, son ya una realidad. El Sol de Antequera, decano de la prensa malagueña, viene saliendo en papel y formato semanal, desde hace más de un siglo. Dio el salto a las redes sociales con aportaciones en vídeos y noticias de actualidad puntuales en el canal YouTube, con publicaciones desde 2003 y en su canal ATQ Radio-TV de El Sol de Antequera.
En este canal se inauguraba un nuevo espacio, este martes 16 noviembre, “Siempre sale el Sol” que se hizo conmemorando el quinto aniversario de la pérdida de Ángel Guerrero, director del periódico durante muchos años, entre otras múltiples facetas de su vida que le llevaron a ser querido, respetado y admirado por toda la sociedad de su tierra, Antequera. Y se hizo estrenando un moderno y funcional salón de actos, “Manuel de Góngora” en el nuevo y amplio Museo, que muy pronto se inaugurará en Antequera, en el Sitio de los Dólmenes.
El programa en sí, nace con un formato itinerante y atemporal. Se inició en esta ocasión, con la proyección de varios vídeos/documentos grabados en su día por el propio Ángel Guerrero Fernández. Vídeos que posteriormente fueron comentados por distintos colaboradores del periódico. Comenzaba el primer vídeo con unas imágenes de la ciudad que hoy es, Patrimonio Mundial de la Humanidad, gracias a sus Dólmenes, a la Peña de los Enamorados y al Paraje Natural del Torcal. El audio nos dejaba una primera frase que a mí se me quedó en la mente: ¡La vida empieza cuando late el corazón! Y en el corazón de Andalucía, late la vida de una ciudad milenaria, llamada ya, por la cultura romana, Antikaria (La antigua).
Personalmente me tocó comentar un vídeo grabado en el año 1973, con motivo de la visita, al Torcal de Antequera, de un determinado numero de políticos y autoridades de la época, vídeo donde se ve caminar a estas personas, con cierta dificultad, por falta de costumbre, apoyando incluso las manos al paso entre algunas piedras, dado lo angosto del sendero por el que transitan. Pero aún así y a pesar de la impropia indumentaria e inadecuado calzado, el paseo se realiza sin más inconvenientes, cumpliéndose los objetivos… ya que incluso les proporcionó un buen apetito, en viendo las viandas que al aire libre y en mesa compartida, consumieron con la “técnica” del paso adelante, paso atrás, modalidad esta que les permitió degustar un sabroso plato de porra antequerana. Lo que son, los tiempos modernos, hoy, no se hubieran llenado los zapatos ni de barro, merced a los anchos y bien cuidados caminos que la Agencia Andaluza del Medio Ambiente ha creado, en el Paraje Natural, para que todos podamos ver el “Tornillo” con total y absoluta comodidad, todo ello sin reparar en gastos ni detalles.
Por fortuna el corazón de Antequera sigue latiendo hoy, con un pulso firme y fluido, con más fuerza si cabe, empujado por toda una amalgama de actividades sociales, que van desde la modernización de las vías de comunicación, construcción de extensos polígonos industriales, ampliaciones en su casco urbano propiciadas por la demanda en viviendas de una población que sigue creciendo, con una economía en auge, merced al gran número de empresas que siguen apostando por las fértiles tierras de la extensa Vega de Antequera, regadas por el río Guadalhorce y el río de la Villa, cuyas cristalinas aguas, fueron el motor y motivo de todos los asentamientos humanos que la poblaron.