Se consigue más, con humanidad, educación, respeto y amor que con rencor y odio. Guarda tu ego junto al sentir que te domina y guárdalo en ese arcón de sueños frustrados con alcanfor, para que no se estropeen y ponle antipolilla para que prevalezca en el tiempo, como recuerdo, y échale siete llaves para no perder el norte de tu vida.
A veces la inactividad, alarga el flujo de la pereza en momentos de máxima intensidad. Cada cual lleva su ritmo a golpe de rutina, al son del yunque y el martillo. Acelerados, sin pasión ni compasión, llegamos al abismo de ese fin de semana que allá a lo lejos, nos cuesta más deseo. Algo ocurre en los tiempos de los tiempos; queremos construir ya un no se qué, y un para qué, cuando la rutina deja paso a la desgana, a la desidia, al tiempo sin tiempo. Desde el amanecer de un lunes cualquiera, ya pensamos, hacemos planes para el próximo fin de semana, aunque a veces nada coincida con lo previsto.
Llega ese tiempo de cambio de armario, de ropa de invierno, de preparar la mesa camilla, el brasero, guardar la utilizada en verano, y sobre todo de sopetón, las mantas y el cuberton, para paliar este frío del carajos, cargado de tantas incertidumbres que se ha dejado caer de sopetón, de un pronto que nos coge en absoluto fuera de juego. Acarreado los problemas de todos estos últimos años; los niños, cada vez más imposibles de gobernar, tanto por padres, como por educadores, que si la tablet, que si el móvil, que es un respondan, un despistado que va a su bola, que no aprovecha el tiempo, en fin lo normal en unos tiempos tan complejos sobre todo para los mayores como yo incluido.
Cómo cambian los tiempos, antes construyamos con unos trozos de tablas y unos cojinetes viejos una patineta; ahora todos quieren un patín eléctrico. Perdonen la expresión, pero somos andaluces, y digo que cuantos talegazos se dan y nos dan las criaturitas con estos cacharros. Van como locos,la abuela con su andador y su bastón y cada uno rodando por un lado. Inadmisible la velocidad a la que van que si los ves de venir, tienes que tener unos muy buenos reflejos y magnífico juego de cintura para esquivarles. Para nada estoy en contra del progreso, lo veo muy útil bajo una reglamentación adecuada y por los caminos correctos e indicado para su tránsito y no por las aceras, a fin de evitar tantos accidentes que ocurren a diario por las calles de esta España nuestra. Y, la moda de las mascotas… rara es la casa que no tiene gatos o perros, pero sobre todo estos últimos, son un verdadero quebradero de cabeza. Tengo en casa dos perritas las cuales eduqué para que se acostumbrasen a efectuar sus deposiciones en los lugares adecuados para ello, incluido su pipí en pañales a tal efecto para ellos los cuales cambio a diario. Cuando salgo con ellas, mi botellita y la cajita de bolsitas , por si acaso surge algún imprevisto.
Pero sin más, en mi calle céntrica como la calle Lucena, los pivotes de piedra del Palacio del Marqués de Villadarias, lugar emblemático de la ciudad por su importancia y belleza arquitectónica, es parada obligada a diario, tomada como punto azul para deposiciones caninas, y me pregunto yo, por ejemplo: ¿a alguien se le ocurriría llevar sus mascotas para hacer sus necesidades al Palacio de Oriente? Significa esto falta de respeto, quizá de vigilancia, en fin los problemas de esta vida perruna que llevamos.
Así que volviendo al comienzo de este escrito, seguiremos pensando en ese próximo fin de semana que a priori , se nos presenta “da buti “ y después todos sabemos que nos sale el tirón por la culata. Vivamos cada momento en su momento y caminemos inmersos en nuestras rutinas diarias, porque “sueños, “háigalos” y ténganse”. Que ustedes lo pasen bien y otro día hablaremos del Gobierno (“ta la cosilla regüelta, ¿u no?”). Suyo, seguro servidor.