De sobra conocido por todos, el tartamudeo se produce cuando una persona repite y vacila de manera involuntaria al hablar. De esta manera, una persona tartamuda al empezar las frases, titubea, repite sonidos muy largos dentro de las palabras y produce pausas prolongadas al hablar. Siendo algo frecuente en niños menores de 5 años, tiene una incidencia inferior al 1 por ciento en la población adulta, tratándose casi siempre de varones.
La primera causa atribuible al tartamudeo es la psicológica, como ocurre en otros trastornos del habla. No obstante, el tartamudeo también puede deberse a accidentes cerebrovasculares o a otras lesiones cerebrales. Está claro que el componente psicológico puede agravar aún más el problema, aunque en otras ocasiones podría mejorarlo. Sea como fuere, el tartamudeo es un trastorno bastante peculiar porque en ocasiones el individuo puede hablar casi con total normalidad cuando está solo o lee en voz alta, incluso puede cantar sin problema. En cambio, al hablar con otras personas no sólo repite palabras o frases, sino que también puede producir verdaderos espasmos vocales. Se producen sonidos de manera inapropiada o incorrecta que lentifican la expresión verbal del individuo, pudiendo frustrarse al intentar comunicarse. Se presupone cierto componente genético porque el tartamudeo es frecuente en miembros de una misma familia, aunque todavía no está claro.
Hay que tener claro que no existen terapias efectivas contra el tartamudeo, tanto es así que no tiene tratamiento farmacológico alguno. Recordemos que el logopeda es el especialista que nos indicará las pautas a seguir. No existe de momento forma de prevenirlo y lógicamente debemos de actuar con toda normalidad ante una situación de este tipo. Para acabar, felicito a aquellas personas que tienen la gran suerte de estrenar un nuevo vehículo.
