viernes 22 noviembre 2024
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Tiempo de espera

Siglos debieron esperar  quienes poblaban el territorio peninsular para sentirse unidos y a gusto. España no  temía al tiempo.  Años han pasado y actualmente no hablamos de tiempo, sino de reducir el tiempo de espera. Es lo que toca. Mi reciente actualización del DNI vino acompañada con la obligación por parte del funcionario del Cuerpo de Policía de la lectura de un cartel que colgaba doblado sobre la pared de la comisaría: “Entregue el precio exacto para el abono de tasas y colaboremos todos en la reducción del tiempo de espera”. Ese era el mensaje del cartel: no hacer esperar. Les daba igual que les entregaras un billete falso,  que aparecieras en chanclas o que  te sentaras delante del funcionario como si de  un chiringuito playero se tratara. Lo más importante, no hacer esperar. Sobraba que dijeras buenas tardes o un me siento con su permiso. 
 
Los tiempos han cambiado, la tecnología ha hecho que colas de media hora para solicitar una cita  del médico desaparezca.  El doctor te diagnosticará en pocos minutos porque no hay tiempo; en el semáforo una interrupción del motor del coche te puede costar una bronca por parte de quien se sitúa detrás tuya; en el  teléfono un mensaje de whatssap con retraso en la respuesta puede saldarse con la expulsión del grupo donde se comentan el  mayor porcentajes de chorradas a las que muchos dedican buena parte de su tiempo de trabajo. 
 
Todo se pide con rapidez, se busca la inmediatez y lo que no es al momento parece que no tiene validez alguna. El mismo verbo esperar corre el riesgo de ser  borrado en breve del DRAE que pronto dejará de servirse en papel porque su impresión es más duradera que la vida de una nueva edición. En esas estamos, sin tiempos para esperar. No nos quieren hacer esperar.
Se vive para fotografiarse y mostrarlo al instante, contar la vida en directo para no  estar fuera de juego para decir al momento cuánto haces y cómo lo haces. Hasta Rajoy, que como buen gallego siempre sabe guardar los tiempos, no ha podido esperar en esta ocasión y días pasados pedía urgente una sesión extraordinaria del Tribunal Constitucional que finalmente ha frenado la vía exprés de la independencia de Cataluña. Tiempo es lo que van a seguir teniendo los de la CUP y JuntsPel Sí para seguir registrando leyes que no conducen a nada y que solo se creen ellos mismos. 
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