Mientras mi compañero en la facultad, Javier, investiga sobre robótica, yo sigo empeñada en indagar las palabras, el lenguaje y su pedagogía lúdica. Inmersa en historias y rodeada de mucha imaginación. ¿Y esto cómo se lleva esta variada convivencia en clase? Pues como todo. Buen hacer, buen humor y primordialmente con educación y compañerismo.
El martes pasado estuve de poeta, soy poeta, leyendo poesías en un lugar muy íntimo, Tetería Alcazaba. Estaba, llena de personas amantes de los versos, de lo que ellos esconden y de los sentimientos. Bien, allí estuvo Javier, el ingeniero. La semana que viene tiene una intervención en Granada sobre sus descubrimientos en el área de cibernética que él investiga, allí estaré si Dios quiere. No tenemos nada en común sólo y me parece que es mucho, nuestra amistad, y un extraordinario interés por conocer, explorar, compartir.
Bueno y hablando del PSOE andaluz, por fin se retrata para la abstención sobre la investidura de Rajoy. No me fio porque estamos acostumbrados a “donde dije digo ahora digo Diego” anda que no.
Por cierto, díganme, cuando tú pones en las manos de alguien “tooooda” la organización de la boda de tu hija, tal vez no haya amiguismo, pero desde luego hay una estrecha colaboración y confianza, lo que viene siendo “anda Correa tú sin límites de gastos, mi hija se va a casar como una infanta o más” que diría Aznar más o menos hablando con Correa. Menos mal que Correa, amén de mangar todo lo que pudo y repartir porque era generoso o no y otras tonterías graves, dice que lo recuerda todo porque tiene una memoria privilegiada.
Por cierto al día de hoy yo también tengo una memoria privilegiada, pero no comparable. Hasta ahí podíamos llegar. Pero hay silencios en Z, que se ha convertido en el gran hallazgo. Continuará.