¡Quítate tú que ponerme yo quiero! Con esta máxima damos `luz´ a esta columna que se escribe desde el sentido común. La semana que agota sus últimas horas pone en el centro de la diana al PP al que, además, se llena de basura hasta las trancas. Parece ser que lo de Montoro no se había quedado en las tabernas de los nuevos Gastrobar ni en las sedes locales ni provinciales, sino que en los pasillos del Congreso y en las sedes de los grandes medios de información había ya cierto runrún. Ahora bien, con la falta de buenos políticos/as en el Congreso y con el discurso del ¡y tú más! (producto de la mediocridad que ya se acepta sin titubeos) la maquinaria de la clase dirigente se venía esforzando en sacar a la luz las presuntas actuaciones del ministro Montoro que, de ser ciertas, tendremos que optar por no ver la televisión, no escuchar la radio y no leer la prensa (la que sea seria) en papel o digital. ¡Da asco!
Y entre tanta suciedad, que salpica a los partidos y que además tira por la borda el trabajo de muchos buenos políticos que trabajan de Sol a Sol por su localidad, nos encontramos con la irrupción, como un volcán en sus mejores momentos, de los falsos currículums de la señorita Noelia Núñez. Sí, la joven diputada del PP que ha mentido de forma compulsiva sobre sus estudios, sobre su formación y sobre su titulación. Una cosa es reconocer sentirse equivocado y otra es saber que estás mintiendo. No puedo hablar con total certeza, pero quiero pensar que los mandatarios políticos tendrán que firmar una Declaración Jurada pues ya se hace para los Máster ante el abuso del uso de la IA y para que conste que en el trabajo no hay plagio.
Nadie se preocupó de conocer la formación de esta joven que decía no ser pija, blasfemó de los profesores, insultó a la más alta institución formativa como es la Universidad y, en suma, como todo los cretinos, aprovechó e hizo uso de las redes sociales para menospreciar las clases de la Universidad y al conjunto del profesorado.
No me canso, ni me cansaré de decir que estamos tirando a la baja, que no cabe más inepto por metro cuadrado y que, lo que es peor, las redes sociales deben ser intervenidas pues son el escaparate para que muchos incultos/as que insultan a muchos que se esfuerzan sean aplaudidos por un coro que no tiene ningún conocimiento de la música.
La señorita Noelia Núñez, con sueldos astronómicos, sabiéndolo pero no siendo consciente por su falta de valores, ha insultado a toda la clave juvenil y no tan juvenil de España y de Europa que con una verdadera formación trabaja sobremanera para cobrar un pequeño sueldo con el que poder vivir en poco más de 15 o 20 metros cuadrados.
No nos extendamos… Llega verano y considero que ya no se puede aguantar más. La sociedad civil debe echarse a la calle; si a todo aquel que roba a conciencia, manipula las leyes, se vende por un puñado de votos y falsifica su currículum se le impusieran duros castigos otro gallo cantaría. Pero en esta España que convivió con pactos durante ocho siglos se hace difícil recuperar el honor y la honradez. ¡Queremos doblar muy poco la cintura!
Un mínimo de honestidad, falta de seriedad en el servicio público (cobran de nuestros impuestos), ausencia de barreras para estar en el Congreso, algunas Universidades que tal vez (no estoy seguro de la Francisco Marroquín) generan títulos para adornar los inodoros y un suma y sigue son los escenarios que nos dejan los últimos días de julio con el que se cierra un curso político donde los malos olores han sido la nota más característica.
España no merece tanto chorizo/choriza suelta; no se puede aguantar a tanta gente viviendo del cuento de la paguita y la ayudita; no es admisible el descontrol en el precio de la vivienda y no se puede seguir alimentando el fantasma de que se vive muy bien. La burbuja inmobiliaria dejó a buena parte de los españoles viviendo en caravanas en escenarios con menos equipamientos que el desierto de Almería.
Santos Cerdán, Pedro Sánchez, Noelia Núñez, David Sánchez, Begoña Gómez y todos los satélites que han girado en torno a ellos quedan escritos en la historia de España pero con letras minúsculas. Serán aplaudidos por los estómagos agradecidos, gentes sin escrúpulos y vividores del papel basura que no conocieron en los colegios los conceptos del honor, la honradez, la humildad y el buen hacer. ¡Feliz verano!
