Seguro que sí, recuperar la esencia, la confianza en uno mismo es esencial para seguir adelante. Aunque los primeros calores importantes se hacen sentir aquí cerca del mar y la gente marca territorio en primera línea de playa, la fuerza mental sigue siendo el poder, por llamarlo de alguna manera, imprescindible en el desarrollo del ser humano, haga calor o frío.
Eso es lo que le ha pasado a nuestra Carolina Marín, tricampeona mundial de bádminton, la primera mujer en la historia de este deporte que lo ha conseguido. Ahí es nada.
La fortaleza mental es un tema que siempre me ha atraído, tal vez para superar problemas en mi vida, en mí trabajo, pero realmente yo empecé a estudiar estos temas mucho antes de que el primer asunto serio en mi existencia me dejara atónita.
No, de mí no voy a hablar. En estos momentos me congratulo con el triunfo de Carolina y este deporte que de pronto surge en nuestras agendas, el bádminton. Sí, ya sabéis una pelota pequeña con las plumas y hay que… ya sé que lo sabéis, pero hay que elevarlo a la quinta potencia. Considerar que es un deporte solitario, que exige mucha introspección y autodeterminación, aparte de entrenamiento físico, ya lo creo.
El enemigo siempre querrá que te desesperes y te salgas de tus casillas, es decir que pierdas los papeles, en el lenguaje coloquial. Y aquí está el punto de inflexión más importante, dominar nuestra mente. Difícil muy difícil, pero no imposible.
Lo mejor de todo es que, cuando entrenas tu mente sabes y no por superioridad, esto sería un grave error, que puedes ganar a tu oponente y es lo que Carolina ha conseguido. Cuando llevas estos derbis al terreno psicológico, amigo mío, que gane el que mejor esté preparado, que para eso se lo curra.
