Un lustro ya pasó desde la ausencia del maestro antequerano, del periodista de raza, del buscador y contador de noticias siempre contrastadas, del amante de Antequera, del enamorado de la Socorrilla, del apasionado de la radio y la entrevista… Del guardián de su familia. Sí, un lustro y parece que fue ayer.
Don Ángel Guerrero simbolizó para Antequera lo que hoy un gran número de personas no llegaran a ver ni entender: el sentido de la responsabilidad por el trabajo, pero sobre todo, por la realización del mismo con mucho amor. Ángel Guerrero fue un maestro porque escribía con maestría y porque enseñaba con relevancia todo aquello que caía en sus manos. Sus valores, los valores que hoy caen por la borda en la mayoría de los casos, formaban parte indisoluble de su persona.
La actualidad local, provincial regional e internacional cuenta actualmente con un ingente elenco de púlpitos en los que contar y narrar cuanto ha sucedido se hace tarea fácil. Las nuevas formas de comunicación, redes sociales y prensa digital, hacen que las personas tengan la información al momento, la prostituyan al momento y la conviertan en pasado de forma instantánea.
Pero el maestro Ángel Guerrero no vivió esa época. No fueron estos años en los que le tocó desarrollar su actividad. Fue un periodista hecho al margen de las universidades, pero con planta y contenido más que digno de cualquier profesor universitario que se precie. Sus crónicas son toda una lección de periodismo al más puro nivel y sus entrevistas y grabaciones dejan un legado para Antequera que merece el más fuerte de los aplausos y el más grandioso de los acontecimientos.
El Sol de Antequera es hoy una realidad por muchas personas que fueron dejando su vida en la realización del mismo a lo largo de más de una centuria. Pero Ángel Guerrero queda para la historia como uno de los pilares más sobresalientes. Todos y cuantos escribimos debemos sentirnos orgullosos de poder hacerlo en el decano de la prensa malagueña.
¡Que crónicas más maravillosas estarán leyendo en el Cielo de las cofradías antequeranas! ¡Cuántos partidos del Antequerano estarán disfrutando allí arriba! ¡A cuántos no estará radiando los partidos de balonmano! No imagino a don Ángel de brazos cruzados. Ahora tiene más trabajo que nunca y esta semana, los que pudieron acudir a su homenaje disfrutaron con él, estuvieron con él y nos hicieron saber que las personas no mueren. Siguen vivas mientras se les recuerda y se les tiene presente. Don Ángel Guerrero es puro presente.