Estos días, concretamente hasta el 25, se puede visitar una exposición de vestidos a través de sus distintas épocas, en el salón principal de la Sociedad Excursionista. Ni que decir tiene que es una preciosidad, que tiempo atrás ocupó la sala de calle Infante del Ayuntamiento y que tuvo, como en esta ocasión una gran acogida por el público visitante. Estas prendas tan elaboradas, donde el detalle y la minuciosidad se conjugan en armonía para ofrecer un trabajo bello y fiel reflejo de su tiempo, tiene que traspasar los límites de la mera divulgación quincenal y perpetuarse para ser objetos de admiración, al mismo tiempo que llenan y decoran cualquier espacio donde se vayan a ubicar.
Por eso, la presidenta de la asociación comentó a los medios, el día de la inauguración, que en lo sucesivo pasaría a formar parte de unas vitrinas en el bajo del edificio que es una vía de paso para acceder a cualquier dependencia, así que estará siempre de actualidad por el considerable tránsito que hay en la sede.
Realmente, estos trabajos donde se para el tiempo en su ejecución, deben servir para algo más, mucho más, que las dos semanas a vista del público. Casi deben perpetuarse porque son manualidades poco común de observar y de una creatividad más que considerable.
Es también un pequeño homenaje a la mujer, que la evolución que los siglos, y sobre todo, ella le han dado a su ropas, a su exhibición en sociedad, a sentirse a gusto dentro de unas modas, que a veces a creado, pero muchas otras ha tenido que admitir por perjuicios y condicionamientos que se les escapaban a la razón. Pero que ha decidido ser muy femenina por encima de estereotipos. Y ser ante todo, dueña de una imagen que nos transmite gusto, acomodo y decisión.