Queda atrás la Semana Santa, aunque todavía continúe en alguna prensa lo magnífica que ha sido. Pero las imágenes han vuelto a sus camarines, las velas se han apagado y las flores sienten como su belleza va quedándose marchita, eso sí, contentas de saber que han estado a la altura hermoseando cada paso. El buen gusto ha quedado patente.
Reconozco no ser una forofa de estas fiestas, mas no voy a quitar ningún mérito a quienes se desviven por las cofradías. Cumplen su papel de maravilla, pero, por fortuna, hay también mucha gente en Antequera que sus prioridades no son las cofradías. Tengo una relación cordial con nuestro alcalde y, desde mis líneas semanales he de decirle que la nueva placita de calle Lucena está bien, coqueta, un rincón con encanto. La estatua me parece inapropiada.
Lo mejor, a mi juicio, que ha tenido la Semana Santa es que la política se ha quedado muda, hemos descansado de Eres, Cursos de formación, juez Silva, Bárcenas, hasta de Ortega Cano… no nos enteramos hasta el pasado jueves que ha ingresado en prisión. No sé por qué razón habría que indultar a un señor borracho que mata a otro en la carretera. El nombre es lo de menos.
Y ahora toca Europeas, todos los partidos coinciden que son importantísimas. ¿Para qué? ¿Tener mayor relevancia en Europa o para medir las fuerzas de cara a la municipales? Con independencia de lo que cada partido esconda, estamos obligados a votar, aunque no nos deslumbre ninguna de las propuestas hay que acercarse a lo menos malo, La democracia la construimos todos, yendo a las urnas y no echándonos atrás por hacerle caso a los sinvergüenzas tan gordos que manejan los dineros comunes, van a seguir haciendo de las suyas. Hasta que llegue el día en que un Partido se arme de valor y los ponga de patitas en la calle con todo el patrimonio embargado.
Lejos de perder clientela la va a ganar, y aunque las ideologías son importantes y cada cual la cuida como puede, hoy prima la honestidad y, sinceramente quien gobierna bien sin enriquecimiento personal y mirando para todos lados, sin perder de vista a nadie, tiene muchas posibilidades de triunfo.