Quiero agradecer a toda la cuidad la cálida despedida que dispensó a nuestro querido, añorado y recordado Fray Antonio. Desde siempre he podido apreciar que todo el mundo quería mucho a Fray Antonio, lo que no podía era sospechar hasta los límites que lo habéis demostrado. En estos meses que ha estado enfermo, no salía por las calles de nuestras cuidad, que no me paraseis sencillamente para preguntar por él. Lo que nunca me imaginaba era que a Fray Antonio, Antequera en su conjunto, le rendiría esa despedida que le dio en el iglesia de El Carmen. Esto me ha hecho entender que hay muchas personas que trabajan bien desde el silencio, y desde ahí son capaces de transmitir lo que desde un aula o un micrófono no se hace. Fray Antonio ha sido de estas personas. Por eso Antequera le ha despedido a lo grande.
Fray quemó 27 años de su vida religiosa en nuestra ciudad, con sus gentes, en su Colegio Nuestra Señora del Carmen. No impartía materias académicas, pero era alguien muy importante en la vida de los alumnos y de sus familias: era el conserje. Sí, el conserje, el portero, como queramos llamarlo. Desde ahí él me ha hecho aprender a valorar esa digna profesión. Para empezar ha hecho que me pregunte: ¿quién es el portero o conserje de un colegio? He llegado a la siguiente conclusión: Ellos son los primeros grandes amigos de nuestra vida escolar. Nunca nada fue más justo que este acto de reconocimiento hacia Fray
Antonio que desempeñó esta noble tarea en nuestro colegio. Porque el portero, es esa figura silenciosa que aparece en nuestra niñez, cuando comenzamos la escuela, y se distingue de todos los demás, solamente por el hecho, que no nos pone exámenes, no nos evalúa, ni nos castiga.
El portero, es el primer testigo de las lágrimas y del beso de despedida, que las mamás dan a sus hijos el primer día de colegio. También es el último confidente, del llanto de los padres cuando sus hijos se despiden y van en busca del instituto o del trabajo. ¡Qué bien supiste hacer tu trabajo Fray Antonio! Por eso el día 15 de agosto, día de Asunción de la Virgen María, ese precioso y querido templo tuyo de El Carmen, abarrotado de aquellos que un día fueron pequeños y tú secaste sus lágrimas, o curaste sus heridas, o llamaste a sus papas para que les recogieran porque estaban enfermos, o acercabas el bocadillo olvidado… lleno también de otros que en ese tiempo eran padres y ya son abuelos… quisieron darte las gracias y decirte: ¡Te queremos Fray, te queremos! Damos las gracias a toda Antequera por ese homenaje que recibió Fray Antonio. Nunca podíamos pensar que llegarais a querer tanto a Fray Antonio, pero sí estábamos seguros es de lo que fray os quería a vosotros. ¡Fray Antonio: descansa en paz!
Os invitamos a la Eucaristía que celebraremos el próximo viernes día 18 de septiembre, a las 20 horas, en la iglesia de San Zoilo, por el eterno descanso de Fray Antonio y por la mamá del padre Fernando que falleció el pasado día 28 de agosto.
padre ANTONIO JIMÉNEZ LÓPEZ, Orden Carmelita