Tarragona acogió el domingo 13 de octubre la Beatificación de los Mártires Españoles del siglo XX, donde hubo una representación de Antequera por parte de la expedición capuchina, la trinitaria y la antigua Madre Superiora de Santa Eufemia, Madre María de los Ángeles, hoy en Valls.
Los capuchinos organizaron un autobús que partió el viernes rumbo a tierras catalanas, para asistir a la Eucaristía donde beatificaron a 522 españoles, víctimas de la persecución religiosas de los años 30 del siglo pasado, según nos explica el padre antequerano, el capuchino Francisco Martínez Melero.
El cardenal Ángelo Amatohan presidió la ceremonia, muy importante para nuestra ciudad, ya que se beatificaban los siete “Mártires de Antequera” cuyos restos se veneran en una capilla en la iglesia antequerana. El siglo XX “se puede considerar como la etapa de la historia del cristianismo que cuenta con el mayor número de seguidores de Cristo que han derramado su sangre por la causa del Evangelio”, sigue destacando el sacerdote antequerano.
El arzobispo de Tarragona explicó: “Que una beatificación no va en contra de nadie, lo que se pretende es resaltar la figura de unos hombres y mujeres que realmente murieron por su fe”. El Secretario de la Conferencia Episcopal insistió en que los mártires “no son caídos en la guerra porque no estaban en el frente de batalla”, murieron por la persecución religiosa que se desató en esos años en España y murieron perdonando, nos destaca el capuchino.
La ceremonia se desarrolló en Tarragona porque “147 mártires, entre ellos el obispo auxiliar Manuel Borrás y 66 sacerdotes diocesanos” entregaron su vida allí. Los mártires que fueron beatificados en Tarragona son: 88 mártires diocesanos, 33 obispos (Lérida, Jaén y Tarragona), 82 sacerdotes (Ávila, Barcelona, Cartagena, Jaén, Lérida, Madrid, Menorca y Tarragona), 3 seminaristas (Tarragona y Jaén) y 15 miembros de la Hermandad de Sacerdotes Operarios. Consagrados fueron 412 mártires: 74 hermanos de las Escuelas Cristianas, 66 hermanos maristas, 38 benedictinos, 33 capuchinos (entre ellos los 7 de Antequera), 27 hijas de la Caridad, 24 hermanos de San Juan de Dios, 23 claretianos, 19 carmelitas de la antigua observancia, 19 hijos de la Sagrada Familia, 19 mercedarios, 14 paúles, 11 carmelitas descalzos, 9 mínimas, 6 redentoristas, 6 trinitarios, 5 religiosos de los Sagrados Corazones, 4 siervas de María, 4 hermanos carmelitas de la enseñanza, 3 franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor, 2 dominicos, 2 franciscanos, 2 hijos de la Divina Providencia (orionistas), 1 calasancia y 1 jerónimo. En cuanto a los laicos: 7 (entre Barcelona, Lérida, Madrid, Jaén y Valencia).
El padre Paco nos recuerda que “la comunidad capuchina de Antequera, dedicada especialmente a la educación de los futuros religiosos del Colegio Seráfico, contaba en aquel momento con 70 alumnos formados por 10 profesores y varios hermanos al servicio de la comunidad al frente de la cual, como guardián, estaba el padre Ángel de Cañete”.
Así, en agosto del inicio de la contienda, fueron asesinados el padre Luis de Valenciana, el padre Ángel de Cañete, Fray Gil del Puerto de Santa María, el padre Ignacio de Galdácano, Fray José de Chauchina, diácono, Fray Crispín de Cuevas y Fray Pacífico de Ronda.
Estos mártires se veneran en una capilla en Capuchinos, donde este jueves 24, a las 19 horas, el Obispo de Málaga presidirá una misa por el IV Centenario de los Capuchinos en Antequera.