Antequera renovó una piadosa tradición, la de la bendición de las «roscas de San Blas» este miércoles 3 de febrero, festividad de dicho santo. En las misas matinales de muchas iglesias e incluso en muchas tiendas y panaderías, sacerdotes antequeranos acudieron para cumplir la tradición repartida por toda España.
En nuestra ciudad acudimos a la iglesia de San Sebastián, donde el párroco padre Antonio Ramos, en la misa matinal, dedicó una hermosa y significativa homilía a recordar el significado de la tradición cristiana, refiriéndose a cómo no hace tanto tiempo se consideraba en los hogares españoles como bendito todo el pan, que se besaba antes de partirlo y en manera alguna se tiraba, como se hace hoy «cuando habría que ver lo que se tira en las bolsas de basura, mientras hay tantos que necesitan eso que se desperdicia».
Tras la bendición ante el altar de San Blas, al que su camarera Lola Gálvez de González depositó unas orquídeas, el párroco repartió roscas benditas entre los asistentes y entre los necesitados de la parroquia, pidiendo el sacerdote que todo el pan fuera bendecido por ser fruto del trabajo del hombre y solidario para compartirlo con quien lo necesite.