lunes 30 junio 2025
InicioReligiónDomingo XIX del Tiempo Ordinario: El Pan de Vida

Domingo XIX del Tiempo Ordinario: El Pan de Vida

Elías, profeta de Yaveh, se había enfrentado a Ajab, rey de Israel, echándole en cara su infidelidad al Señor; es perseguido y se ve constreñido a huir, a abandonar a su tierra, su familia, su entorno, todo lo que más quería. Todo por ser fiel a la palabra de Dios, a su fe. La primera lectura de hoy refleja la profunda depresión en la que está inmerso, hasta el punto de desearse la muerte. El consuelo y el consejo del ángel se centra en la necesidad de comer, porque el camino es duro. La figura celestial le hace entender que sin la ayuda de Dios no puede subsistir puesto que el sufrimiento, aún por causa de Dios, abruma a todo ser humano, extremadamente débil y frágil, sin Él.

Esta realidad de fondo es la historia de todo ser humano que quiere hacer el bien, ser coherente, auténtico, transparente, cercano y solidario. Es también la realidad del cristiano que quiere ser fiel al mensaje del Evangelio. Pero en medio de la prueba, del dolor y del sufrimiento a causa de su fe, en lo más profundo de sí mismo el Señor se le ofrece como comida y alimento que genera fuerza en la debilidad, fortaleza en la  impotencia, certeza en la duda.  Y el salmo responsorial de hoy nos invita a gustar esta realidad,  la realidad de un Dios que se nos ofrece como comida que revitaliza y dinamiza nuestra vida.

Esto mismo es lo que experimenta Pablo a lo largo de toda su vida de apóstol, como deja entrever en su carta a los Efesios. Lo que genera  malestar, dolor, llanto  y sufrimiento, es la ira, el odio, el orgullo, la avaricia, la insolidaridad… Todo ello radicalmente opuesto a Cristo. Sugiera que, sólo imitándole y asumiendo el mensaje de amor  testimoniado por Él en su vida, se hace posible que, a pesar del sufrimiento y la persecución, soportados por amor a Él y al hermano, es posible la realidad del amor, la convivencia diaria y la auténtica fraternidad, porque amándonos como Jesús nos ama, es posible una sociedad nueva fundada en el amor, incluso al enemigo.

El culmen de esta actitud de fondo nos la presenta Jesús que,  en el evangelio de hoy, nos da la clave para un programa de vida tan exigente como es la del cristiano, diseñada en el evangelio a través de su palabra  y su testimonio. Él es el pan de vida;  si el cristiano prescinde alegremente de comerle, de vivir una profunda comunión con Cristo  a través de su pan-cuerpo partido, que se nos ofrece diariamente en la eucaristía,  es imposible afrontar con elegancia y profundidad cristiana la dureza de la vida humana. 

Es inverosímil y quimérico vivir una mensaje cristiano de profunda exigencia si no se come, si uno no se alimenta frecuentemente con el pan de vida que es Jesús mismo; es imposible fortalecer la propia personalidad espiritual, que al no alimentarse, deriva en profunda debilidad y termina en la muerte. Pues el camino es duro y hay que comer para fortalecer nuestra vida espiritual, nuestra amistad con Dios, nuestro amor a Él y al hermano. Porque Jesús es el pan de vida que alimenta, fortalece y posibilita el testimonio hasta dar la vida por Cristo y el hermano.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción)
 
NOTICIAS RELACIONADAS

Más recientes