También me parece muy importante la intercesión de Moisés ante Yahvé por su pueblo. Ya antes, en el Génesis, Abraham había intercedido ante Dios por Sodoma y Gomorra. Este papel intercesor de Moisés es un adelanto de la gran y definitiva intercesión de Jesucristo por toda la humanidad.
Y no nos podemos olvidar del becerro de oro. Es el ejemplo típico de la idolatría o adoración de los ídolos y de los falsos dioses. A nadie se le ocurriría ahora rendir culto a un becerro de oro o del material que fuese.
Pero la idolatría sigue estando muy presente entre nosotros.Porque también son ídolos, menos toscos, pero revestidos de un ropaje muy seductor, el poder, el dinero, el placer, la tecnología mal empleada y todo aquello que nos aparta o pretende “sustituir” a Dios. Los ídolos nos han acompañado a lo largo de la historia. Son unos enemigos del cristiano contra los que siempre tenemos que luchar.