El joven sacerdote antequerano, padre Juan Manuel Ortiz Palomo, ha sido elegido por la Diócesis de Málaga para especializarse en “Moral de la Persona”, por lo que deja su parroquia en Cómpeta para estudiar en el Pontificio San José del Colegio Español en Roma.
A punto de cumplir 10 años como sacerdote (se ordenó el 13 de septiembre de 2003), el Obispo de Málaga le ha pedido “que continúe formándome, haciendo la licenciatura de Moral de la Persona en la Universidad Gregoriana de Roma”. Así, en septiembre se traslada por dos años a Roma, donde cursará la licenciatura en la Universidad de San Ignacio de Loyola.
Allí ocupará una de las cuatro plazas que ostenta en la Diócesis de Málaga dentro de los puestos que tiene la Conferencia Episcopal para sacerdotes de todas las diócesis españolas. En ella cubrirá la plaza que no tenía Málaga, al fallecer joven el sacerdote que la desempeñaba. “No había profesor de Moral de la Persona, por lo que había un hueco” y él ha sido elegido, para seguir formándose y ofrecer este servicio a la Iglesia malagueña.
Se especializará en Moral, abarcando “principalmente todo lo que afecta a la moralidad, el tema de la vida, la sexualidad… Hay varias ramas: la fundamental donde se recoge todo el aspecto moral de la conducta de la persona; la social, más dedicada a la sociedad, con la economía, el trabajo…; y la de la persona, con todo lo que le afecta a ella”.
La moral, un tema muy al día por las declaraciones del Papa en Brasil: “Mucha gente se cree que seguimos dando las respuestas de hace tres siglos. El Vaticano II aumentó la mentalidad y dio otras perspectivas. El fundamento es el Evangelio y la persona, que es un valor que no se puede manipular”.
La vida es un principio, un valor, que se ha convertido en inhumano: “Se nos ha metido ese gusano que nos dice que la vida no nacida no es vida, que la vida en estado terminal, no lo es… Nos están vendiendo que no es y que hay que eliminarla. Nos gastamos miles de euros en animales, y no somos capaces de defenderla nosotros mismos”.
Antequera, una ciudad con historia religiosa, que ahora mismo tiene de nuevo un joven sacerdote que es referente de futuro y un seminarista que está llamado a serlo.
