“Queridos jóvenes: La Iglesia está viviendo el Año Santo de la Misericordia, un tiempo de gracia, de paz, de conversión y de alegría que concierne a todos: grandes y pequeños, cercanos y lejanos. No hay fronteras ni distancias que puedan impedir a la misericordia del Padre llegar a nosotros y hacerse presente entre nosotros. Ahora, la Puerta Santa ya está abierta en Roma y en todas las diócesis del mundo”.
Con estas palabras el Papa pone de manifiesto el mensaje fundamental del Año de la Misericordia en el que afirma que hay que ser valiente en el amor, éste debe ser concreto y desinteresado, en el que día a día maduremos tanto de forma física como mental.
Nosotros, los cristianos, nos estamos preparando para ser capaces de tomar decisiones y de tener gestos valientes hacia los demás, sin miedo a nada, debemos de ser capaces de construir conjuntamente en nuestra comunidad un mundo en el que se respire paz.
Como bien dice el Papa, no todos los jóvenes podrán asistir a la peregrinación de Roma, así que debemos ser conscientes de que esto no es ningún hándicap ya que podemos acudir a nuestras iglesias de Antequera, para comenzar a concluir el período. Todos y cada uno de nosotros estamos invitados a comenzar este camino.
Es necesario que para llevarlo a cabo no sólo preparemos nuestras mochilas y nuestras pancartas, principalmente hay que preparar nuestros corazones a la par que nuestra mente. Es importante pensar y meditar bien sobre nuestros deseos tanto en el sacramento de la Reconciliación como en el de Eucaristía que celebraremos juntos.
Cuando todos nosotros atravesemos la Puerta Santa, debemos de tener en mente que nos comprometemos a cumplir los deseos de amor verdadero anteriormente mencionados para así conformarlos y por lo tanto, construir un mundo en el que brille la justicia y se patente el amor fraterno.
“No tengas miedo, confía en Dios, ten la seguridad de que Él siempre está cerca de ti.” Papa Francisco (2015)
Ángel Muriana