En estos días de verano en los que los chavales están de vacaciones, ¡qué mejor que llevarlos a alguno de los diferentes campamentos que organizan las parroquias antequeranas! En ellos, los niños vivirán una semana distinta. Conocerán nuevos amigos, aprenderán valores y, sobre todo, se acercarán a su amigo Jesús, y descubrirán qué espera Él de ellos para esa semana.
Los objetivos generales que los monitores queremos aportar a los niños son ayudarles a descubrir cuál es la llamada que Dios les hace en esa semana a través de los lemas, las catequesis, las oraciones. Además, queremos acercar a los chavales a la vida y la experiencia cristiana eclesial, personal y comunitaria, educarlos en los valores humanos y cristianos, como el amor, la solidaridad, el respeto, la cooperación, la tolerancia… Además de las catequesis, oraciones… también educamos a los niños en que el juego es una forma de divertirse, de aprender, de colaborar, y no necesariamente de competir. Creamos un ambiente de convivencia entre todos, festiva y gozosa. A través de los juegos fomentamos la participación de todos. Que ellos sean protagonistas del campamento, logrando que cada día sea diferente y enriquecedor. Que se potencie el trabajo en grupo como forma más adecuada de descubrir las cualidades y capacidades de uno mismo y de los demás, de ver cómo la suma de todos es mayor de lo que nos creemos.
Se trata de crear un clima distinto al que los niños se encuentran habitualmente, donde los protagonistas sean los niños. Un clima de fraternidad y unidad donde experimentemos que queremos caminar tras Jesucristo, conocerlo más para más amarlo. Y celebrar especialmente la Eucaristía como culmen de la vida del cristiano y del campamento para dar gracias por todo lo aprendido, descubierto, conocido, emocionado… También, no olvidar la figura importante de los monitores, para nosotros es, a veces, doble aventura, porque el niño recibe toda la preparación en sí, pero nosotros, somos parte activa, preparándolo, responsabilizándonos de materias concretas, llevando un grupo, y teniendo muy claro que lo que yo no haga, no ofrezca o me guarde… otros no lo van a poder aprovechar.
El éxito de un campamento está en muchas cosas, pero en gran parte depende de que seamos capaces de formar un buen, auténtico, trabajador, animado, ilusionado, divertido, responsable, descansado equipo de monitores. A veces resulta más enriquecedor lo que un niño puede ofrecerte a ti que lo que tú le has ofrecido a él y darte cuenta que no sólo el niño va a encontrar lo que Dios quiere para Él en esa semana sino que un monitor también lo encuentra.
