Quiere la Iglesia que la figura importantísima del Bautista no pase desapercibida ningún año. Y por ello este, que coincide con un domingo, también hace que se celebre. Es el precursor; el que viene antes que el importante preparando el ambiente. En los conciertos de música moderna suele haber un cantante o grupo, todavía desconocido, que aprovecha los descansos del cantante o grupo principal para actuar.
Se les suele dar el nombre genérico de “telonero”. A partir de esas actuaciones muchos de ellos consiguen hacerse un hueco en el mundo de la música y llegar a ser los principales en futuros conciertos.San Juan recibe una misión que no pretende en ningún momento ganar un prestigio que en el futuro le pudiera dar importancia. “Conviene que El crezca y yo mengüe”, les dirá a sus discípulos cuando le advierten que la gente se va con aquel que bautizó en el Jordán. Él no tiene misión de “telonero”.
De San Juan Bautista es el único santo, a parte de la Virgen y s. José, que conmemoramos en el calendario de la Iglesia su nacimiento y muerte (martirio). Así de importante lo consideramos, siguiendo las mismas palabras de nuestro Señor: “no hay de los nacidos de mujer uno mayor que él”.Es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Es el último profeta. Porque con la venida de Cristo se cumplen todas las promesas y todo está ya dicho.
Hoy celebramos su nacimiento. Seis meses antes del nacimiento de Jesús. Las escenas que nos propone la Iglesia tanto en la Misa de la vigilia como del día, se centran en la anunciación a sus padres y en el momento del nacimiento y ceremonia del nombre.Qué buenas ideas y ayudas podemos sacar hoy si nos metemos en esas escenas tratando de ser un personaje, un vecino que tiene permiso para mirar y escuchar. Cuántos sujetos presentes con sus personalidades, defectos, preferencias, limitaciones… todas puestas en juego para que la historia de la salvación se lleve a cabo.
Todos ellos al servicio de la voluntad divina para poder cumplir las escrituras y hacer posible la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad.Miremos a santa Isabel. Humilde, agradecida por el regalo recibido de Dios, en un momento en el que ya pensaba que no había maternidad posible.Miremos a Zacarías y aprendamos a confiar en la Palabra de Dios, para quien no hay nada imposible. Cuántas veces nos hemos comportado como él.
Calibrando con ojos demasiado humanos los acontecimientos diarios.Miremos a María, que se olvida por completo de sí misma y se dedica a atender a su prima durante los tres últimos meses y que no aparecerá más porque lo suyo es servir sin que se note.Y miremos a los dos más importantes, que todavía no nacidos y reclaman su puesto sin más ruido que el permanecer en sus lugares. Cierto que Juan se estremece en el seno de su madre al sentir la presencia del Salvador y esto nos ayuda a pensar en tantos que no han nacido porque no lo han permitido sus madres y de los que Jesús no se olvida, porque Él santificó al Bautista en el seno de su madre.
Puede ser también una ocasión para rezar por la cordura de tantos gobernantes que creen que se es más libre si se permite legalizar el aborto; por tantas madres que se sienten presionadas y aisladas ante la nueva criatura engendrada su seno quizá inesperadamente, para que no piensen que es simplemente “quitarse un problema” de encima.“Juan es su nombre” dirá su padre Zacarías para aclarar las dudas. Y Juan significa “fiel a Dios”. Eso es lo que importa. Eso es lo que Él espera, contando con nuestras limitaciones, defectos, etc. Tenemos a todos estos intercesores en el cielo dispuestos a ayudarnos en todo momento para llegar a la meta que es lo importante, cueste lo que cueste.