Tras 96 años de vida entregada a Dios, subía al Cielo en la noche del viernes 28 al sábado 29 de octubre, la religiosa franciscana Sor María José, la monja cuyo milagro abrió las puertas de la Beatificación de la antequerana Madre Carmen.
Durante 30 años formó parte del profesorado del Colegio María Inmaculada, teniendo a su encargo la enseñanza de las lenguas clásicas: Latín y Griego. Quienes estudiaron con ella, aprendieron a declinar el rosa-rosae, leer a Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Séneca, Plinio “El Viejo” y “El Joven”, las guerras púnicas… todo un mundo que sirvió las bases de nuestra civilización.
Junto a Sor María Gloria, marcaron una época, en la que las clases eran foco de enseñanza y de crecer en valores. No hay reunión de amigos hoy día, que no evoque aquellos maravillosos años con dos hermanas franciscanas que marcaron a generaciones de estudiantes con sus consejos, sus “filípicas” y su fe.
Quién era Sor María José
María del Carmen Rodríguez Yanes nació en San Miguel de Reinante, provincia de Lugo, el 30 de julio de 1920. Con 23 años, ingresó en la congregación de las franciscanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María.
Se licenció en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid, tras una brillante carrera que concluyó en 1957. En 1970 es trasladada a Antequera, donde estuvo hasta agosto de 2009, momento en el que se trasladó a la comunidad de hermanas mayores de Tiana (Barcelona), donde permaneció hasta su muerte.
El milagro de Sor María José
En 1991, Sor María José deja de dar clase por una enfermedad. Se le localizó en Antequera un tumor entre el hígado y el estómago, siendo trasladada a Sevilla donde al empezar a operarla, los médicos “al comprobar las características, dimensiones y disposición del tumor, extraen muestras y cierran sin extirpar”, recogen las religiosas en sus escritos.
Se temía lo peor, hasta tal punto, que en su clase se preparó un texto en latín para leer en su entierro y su alumnos preparaban sus trajes para llevarla en el sepelio. Semanas más tarde, se le realiza un TAC que milagrosamente refleja la “de-saparición total de la masa hepática, sin terapia alguna tras la intervención, sin tratamiento alguno operatorio ni postoperatorio”.
Se confirmaba lo que todos pedían: su curación, realizada por intercesión de la Venerable Madre Carmen del Niño Jesús. Tuvieron que pasar años y en 2005, en la Congregación para las Causas de lo Santos se reúne la Consulta Médica. “El informe de los Peritos Médicos es unánime en reconocer que la curación es científicamente inexplicable”.
Y el 26 de junio de 2006, el Papa autoriza la promulgación del Decreto por el que se reconoce la curación milagrosa de Sor María José Rodríguez, obrada por intercesión de la Sierva de Dios Venerable Madre Carmen del Niño Jesús, que desde el 6 de mayo de 2007, fue declarada Beata.
Ahora, nueve años después de aquel glorioso día, lloramos la muerte de Sor María José, quien al llegar al Cielo, seguro que fue la Beata Madre Carmen del Niño Jesús la que la recibiera junto a San Pedro.
Quizá nuestra Beata precisaba de una maestra, como Sor María José, para que explicara a Dios que Ella fue quien la curó y ser Santa. “Hopefully haec consigia Carmen Sanctae Mariae ad Deum”. (Ojalá ella consiga que Dios haga Santa a la Beata Madre Carmen). “Requiesce in pace, María José Sorore”.
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