Quienes acompañaron este domingo a la Virgen del Rosario de Antequera por calle Peñuelas, serán testigos del complejo paso por sus calles, por los cables que cruzan la misma. Por mucho que se sorprendan, nada tiene que ver por cómo estaba en sus inicios.
Si en 1983 volvió a salir subiendo y bajando al brazo repetidas veces, en 1984 tuvo que cambiar de recorrido por la dificultad de los cables y en 1986 no pudo salir por obras en los alrededores de Santo Domingo. Dejamos recuerdo de cómo fue la procesión de hace 40 años, la de 1984.
La procesión fue el día de la festividad de la Virgen Rosario, en 1984, cayó en domingo. Tras volverse a organizar en 1983 “ante las dificultades surgidas el año pasado durante el trayecto a causa de la corta distancia al suelo del tendido de cables y no siendo posible su solución, se han visto forzados a alterar el recorrido tradicional por las “Peñuelas”, dirigiéndolo ese año por otras calles. La misa fue las 18,30 horas y la procesión a las 19,30 horas, recogen nuestras páginas.
Así, “como punto final a los brillantes actos y cultos religiosos que en su honor organizó” la cofradía procesionó por las calles “de Antequera la bellísima imagen de la Virgen del
Rosario. Se trata de una deliciosa imagen, de indudable valor artístico, que se venera, desde muy antiguo, en la Basílica de Santo Domingo, sede de la Cofradía de “Abajo”.
El hermano mayor en 1984 era Juan Muñoz Rojas quien cuenta con “una serie de jóvenes elementos, muy activos, que han permitido que aflore a la vida diaria de la ciudad las actividades de la antiquísima cofradía”. Se refiere a ese grupo joven de San Sebastián que desde 1982 empezó a ayudar a los antiguos directivos para volver a procesionar el Rosario y que aún siguen presentes.
Ese año de 1984, “a causa del tendido de numerosos cables por las calles que eran habituales en su recorrido por el Barrio de las Peñuelas –Pasillas, Peñuelas, Carreteros, Infante, Zapateros, Viento– hubo que dirigir la procesión por calles Viento, Zapateros, Lucena, Cantareros, San Luis, Infante y Plaza de San Sebastián”, lo que era el recorrido habitual de las cofradías de Pasión.
Fue un “recorrido más largo sin duda, seguido por numeroso público que aguardó en las aceras, incorporándose a la procesión tras la Banda Municipal”.
Abría el desfile “un artístico farol con el símbolo mariano y de otro presto de aquellos rosarios de la Aurora con el escudo de la Hermandad”. llevado por jóvenes cofrades, muchos de ellos con la banda de los Estudiantes.
A continuación, “figuraban representaciones de las cofradías antequeranas de los Estudiantes, Pollinica, Rescate, Mayor Dolor, Consuelo, Dolores, “Arriba”, Agrupa-
ción de Cofradías y seguidamente, el guión oficial de la Cofradía del
Rosario, al que acompañaba el de “Abajo”, con las representaciones oficiales de la ciudad, “entre quienes figuraban el alcalde de la ciudad doctor de Rojas Tapia, los tenientes de alcalde y concejales señores Morente Mora, Cárdenas Hinojosa, Romero Benítez, el diputado provincial Requena Escudero y Romero.
Tras ellos, “el artístico trono de plata joya de la orfebrería antequerana que se expone en el Museo Municipal-Palacio de Náiera seguido de muchos fieles en cumplimiento de promesas y de la Banda Municipal. Fue hermano mayor de insignia desde el primero año, como lo sigue siendo, José Blas Herrero.
Durante el recorrido “se fue rezando el Rosario. Mucho público congregado a la hora de la salida y el cierre de la procesión, tras el que se rezó una oración por todos los fieles y cofrades des que llenaban prácticamente la basílica de Santo Domingo”. Así recogía Ángel Guerrero su crónica de la procesión en 1984 de la Virgen del Rosario en Antequera.
