Partiendo de la tradición, el Apóstol Santiago entrega la imagen a Fray Martín de las Cruces a las puertas del convento de Las Suertes: “Aquí tienes el remedio de tus fatigas y el remedio para la Ciudad de Antequera”.
Ochenta años estuvo allí la imagen, siendo frecuentemente traída, en procesiones de penitencia, implorando remedio para epidemias, sequías o inundaciones, e incluso para rogar por la salud del Rey Felipe III. En 1607, considerando que para acudir diariamente a orar ante ella, la distancia entre la ciudad y Las Suertes era considerable, se decidió que la imagen debería traerse a la Ciudad.
Hubo oposición por parte de otros Conventos, especialmente los agustinos, pero la tenacidad de los franciscanos y el sentir de los antequeranos, hizo que la imagen se trajera a la Ermita de Belén, y después a la de San Bartolomé, en la esquina de la calle de Estepa. En 1609, sería trasladada a su actual iglesia.
Para comprender la “oposición” de determinados conventos, tengamos en cuenta que en todas las iglesias había imágenes que gozaban de fama de milagreras, de manera que esos “opositores” se temían que la llegada de la Virgen de los Remedios, les restara fieles.
La Esclavitud de Nuestra Señora de Los Remedios
En 1711 se constituye la Venerable Esclavitud de Nuestra Señora de los Remedios, cuyas primeras Constituciones fueron aprobadas por el Obispo de Málaga. Su objetivo, dar culto y extender la devoción a la Virgen de los Remedios. Desde esta fecha hasta nuestros días, recoge el profesor Juan Manuel Moreno García, nobilísimas personalidades antequeranas han impulsado y formado parte de la Esclavitud, en principio en total coordinación con la Comunidad de Terceros Franciscanos a quien correspondió la guarda y administración de la iglesia de los Remedios, y después de la desamortización de Mendizábal, de manera autónoma, venciendo toda clase de dificultades y limitaciones.
Renovó su Estatutos en 1897. Desde entonces, como tantas Cofradías y Hermandades, vivió épocas de esplendor y otras de atonía, hasta que en 1982, es su Esclavo Mayor Luis Moreno de Rojas, al que sucedieron Ramón Zabala Lería, José Fernández Flores, Justo Moreno Muñoz y, en la actualidad, Juan Manuel Díaz García, que con la ayuda de destacados devotos, han dado un impulso definitivo que se nota año a año, en el mantenimiento de su patrimonio y en los cultos que llevan a cabo hacia su Titular y otras advocaciones de la soberbia iglesia de Los Remedios.
La imagen
Una piadosa tradición, cuenta que fue entregada por el Apóstol Santiago a Fray Martín de las Cruces, en el eremitorio de Las Suertes pues se quejaba de no poseer una imagen de la Virgen. Santiago le trajo la deliciosa imagen que describe Jesús Romero Benítez, como “una escultura de comienzos del siglo XVI, que dentro de un renacimiento incipiente participa, en cierta medida, de las últimas influencias del gótico andaluz… La imagen representa a la Virgen-madre, de pie y con el Niño Jesús en el lado izquierdo, apoyado en la cadera y conduciendo al Hijo… Realizada en madera de pino rojo, tiene 66 centímetros de altura, la imagen de la Virgen de los Remedios recibió diferentes restauraciones a lo largo de los siglos, si bien la más importante fue la llevada a cabo en el año 1816 por el escultor antequerano Miquel Márquez García…”
La restauración pudo deberse a corregir algunas imperfecciones recibidas para poderla vestir, según la práctica de los siglos XVII y XVIII, renovando las carnaciones y poniendo ojos de cristal, tanto a la imagen de la Virgen como a la del Niño.
Describe el citado autor que “Tanto la túnica como el manto, que cae sobre el cuello y los hombros dejando completamente despejada la larga cabellera, presentan un drapeado de paños muy anguloso y de tipo ‘metálico’ como rasgo característico de su origen gótico-flamenco. Descansa sobre una base, formada de nubes y de una media luna con las puntas hacia abajo y envolviendo una especie de esfera, que pudiera representar al resto de la masa lunar sin iluminar o quizá una estilización del globo terráqueo”.
No hace mucho, Marisa Olmedo, del Taller Municipal de Restauración, le realizó una operación de limpieza y consolidación, corrigiendo algunas imperfecciones que afectaban a la imagen en sentido vertical.
La primera Coronación Canónica de toda Málaga, fue para la Virgen de Los Remedios en 1922
Antequera puede presumir de muchas primacías en los más diversos campos. Uno de ellos, el devocional, materializado en María, Madre de Jesús, con soberbias imágenes de la Virgen, la última, la Divina Pastora, en El Salvador; la más antiguas la del Socorro, que se venera en El Carmen o la Virgen de la Antigua, de San Sebastián, que donaron a Antequera el Copero de Juan II y uno de los Obispos que participaron en la toma por el Infante Don Fernando.
Hablamos en esta misma página de la veneración a la Virgen de Los Remedios. Pues bien; en 1922, el conjunto de fuerzas eclesiásticas y municipales de la ciudad solicitan a Roma, en concreto al Papa Pío XI, que la Virgen de los Remedios fuera canónicamente coronada. Autorizado, el acto tuvo lugar en una solemne ceremonia en el Paseo Real de Alfonso XIII, el domingo 10 de septiembre de 1922 en presencia de toda Antequera.
Tuvo la gloria de materializar la coronación el Arzobispo de Granada don Vicente Casanova Márzol, en presencia del alcalde de la Ciudad, don Antonio Casco García.
Luego, hubo procesión solemne con la imagen estrenando andas por las calles céntricas de la ciudad y por la noche, en el Salón Rodas inspiradísimas loas y sentidas alabanzas dedicadas a la Patrona por don Ricardo de Talavera Gómez y don Rafael de la Linde. Una celebración por todo lo alto, reflejo de la devoción a la Virgen, que en tan sólo 9 años, celebrará el centenario de esta efemérides, dentro del rico calendario de nuestras cofradías y devociones. A.G.