En 30 años, el mundo cooperativista del campo andaluz se ha transformado vertiginosamente y no tiene límites. La entrada a la entonces Comisión Económica Europea supuso un revulsivo para que las almazaras locales se empezaran a agrupar. Así, de las 13 iniciales, fueron ampliando fronteras y hoy, en 2017 son ya 150 cooperativas bajo el denominador común de Dcoop, tras su paso como Hojiblanca.
Antonio Luque Luque (Málaga, 1958) es uno de sus referentes quien en 1987 formó parte del fenómeno de asociarse que ha derivado en ser el principal productor de aceite de oliva mundial.
De cada 10 botellas de aceite que se venden en el mundo, 1 es de aceite del grupo Dcoop. Son los principales productores de aceite internacionales, produciendo más ya que las históricas reinas del aceite como Italia o Grecia. Como curiosidad, “la cooperativa Nuestra Señora de los Remedios ha podido tener más aceite este año que Francia”.
Desde Antequera, por tanto, se dirige la producción en torno al 7-8 por ciento de la producción de aceite mundial, comercializando más aún, entre el 11-12 por ciento .
Estados Unidos: el objetivo de Dcoop para seguir creciendo
El grupo de cooperativas tiene en Estados Unidos su eje de expansión. “Somos conscientes que es el gran mercado para el aceite de oliva porque, tiene 300 millones de habitantes. Hoy consumen 300 millones de litros, esto es un litro por habitante y año”.
De ahí que su incursión les puede llevar a seguir sumando cifras. “Tiene una población con una obsesión en consumir productos sanos, productos saludables, en una buena dieta, preocupados por esto y pienso que el aceite de oliva puede tener un gran futuro, ya que pasar por un litro habitante al año, a dos litros por habitante y año, creo que es factible, y eso sería de 300 a 600 millones de litros de consumo anual”.
Al ser Dcoop líderes en producción de aceite de oliva a nivel mundial, es un mercado clave fundamental EE UU, “por ese motivo la estrategia con Pompeian, tomando una participación de esta compañía que hoy tiene dos plantas de envasado de aceite de oliva en las dos costas, una en California: en la zona de Los Ángeles y en Baltimore”.
Dcoop factura hoy fuera de España más de 400 millones de euros, venden en más de 70 países, como EE UU como nueva apuesta decidida, más otros donde quieren “intensificar ese trabajo en países como China, Japón como Brasil, en aceituna de mesa ahí que seguir trabajando no solo estos países que hemos dicho, sino países como Italia, el resto de Europa”.
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El paso de Hojiblanca a Dcoop para sumar las marcas blancas
La marca Hojiblanca les llevaba al mercado exclusivamente en aceite de oliva virgen extra y “estábamos viendo que nos encontrábamos posicionados en el mercado español. Dentro de éste, se ha producido un fenómeno en los últimos 15 años donde el crecimiento de la marca blanca ha sido tremendo y hoy podemos decir que 2 de cada 3 botellas de aceite de oliva que se venden envasados en España se venden de marca blanca”.
De ahí que la principal marca que se vende en España es la marca Hacendado, de Mercadona, siguiéndoles las de Carrefour, Día, Al Campo o Eroski. “Cuando nosotros vimos esta tendencia, vimos bastante preocupación, miedo, y había que hacer algún tipo de operación corporativa, porque Hojiblanca como marca de aceite de oliva virgen extra exclusivamente iba a quedar muy aislada en el mercado”.
Salió la oportunidad de Deóleo, tomando una participación cada vez mayor “con la idea de tener el control”. Por ello “llegamos a un acuerdo aportando la marca Hojiblanca a cambio de quedarnos con un 10 por ciento de la compañía”. Posteriormente, la idea era seguir sumando participación, pero no salió, “porque los accionistas que vendían en aquel momento y algunos de los que estaban dentro, prefirieron que el comprador fuera un grupo o una sociedad de capital riesgo, que son hoy los que tienen más de la mitad de la compañía”.
Entonces “nosotros no queríamos ser comparsa en una situación de éstas, y nuestra decisión fue salir y vender nuestra participación a la compañía”. Actuaron buscando “el principio básico de esta casa que nosotros trabajamos para que nuestros agricultores y nuestros socios tengan una rentabilidad adecuada”.
Así que empezaron a invertir en EE UU “que es el mercado que más nos puede interesar, de ahí nuestras inversiones en Pompeian. Dcoop, constituyó una sociedad en su día que se llama Mercaóleo y esa fue con Cargill, que a la posterior salida nuestra de Deóleo, compramos el cien por cien de la compañía”.
Mercaóleo era una sociedad principalmente especializada en lo que era marca blanca, “Dcoop es el principal productor de aceite de oliva del mundo, Dcoop tiene que afrontar todos los mercados, cuáles son todos los mercados, hay una parte de mercado que vende a granel, hay una parte de mercado que se vende envasado como marca blanca y otra parte de mercado que se vende con marca. Dcoop, su parte de granel lo vende directamente, su parte de marca blanca lo vendía antes con Mercaóleo y lo sigue vendiendo hoy, y la parte que vendían con marcas, sí la hemos incorporado completamente a Mercaóleo”.
Por tanto, lo que venden como marca en el mercado español y en los demás países del mundo, menos en EE UU, es como Mercaóleo y en la parte de EE UU se hace desde Pompeian, una sociedad que Dcoop tiene participación.
Tras años rudos, Dcoop envasa el 25 por ciento de la marca blanca de Mercadona
Ha sido complicado, pero tras años negociando, desde finales de 2016, Dcoop “está envasando a Mercadona la marca Hacendado, tras el cambio de estrategia de Mercadona, que antes solo tenía un único proveedor de aceite de oliva, y cambió a más de uno”.
Reconoce que “hemos tenido unas relaciones muy peculiares con Mercadona a lo largo de la historia. Hay una cosa que está muy clara, Mercadona es la empresa líder en la distribución en España sin ninguna duda, y Dcoop es la empresa de producción de aceite de oliva en España y en el mundo”.
Reconoce que ambas empresas sabían “que antes o después teníamos que llegar a un tipo de acuerdo y que esos momentos difíciles que hemos podido pasar en algunas épocas anteriores, había que superarlas. Creo que Mercadona es un pedazo de empresa espectacular que nadie puede dudar, y en esta casa no se ha dudado nunca, que Dcoop es una empresita muchísimo más pequeña, mucho más humilde”.
Sabe y confía “que este año va a ser de bastante volumen con Mercadona y vamos a tener un crecimiento alto. Yo diría que podemos estar haciendo en Mercadona el 25 por ciento de lo que consume aproximadamente”.
Cómo era el mundo del olivar hasta entrar en Europa
“En las almazaras, hasta aquella época, cada cooperativa vendía su aceite, pero todavía existía una intervención pública, eso significaba que si tú no podías poner el aceite en el mercado, tú lo podías poner en la administración y el Estado te compraba el aceite”.
La entrada a la hoy Unión Europea marcó un giro radical en el mundo del olivar: “A partir de ahí, empezamos a trabajar en un grupo de cooperativas de la comarca norte de Málaga, fijándonos cómo funciona el sector en otros países, qué podemos hacer para ir mejorando y crecer más”.
Tras viajar por Italia para aprender cómo se organizaban, constituyeron la Federación Provincial Cooperativa Agraria, sumando a las malagueñas las de otras privincias andaluzas.
“El primer paso que dimos fue… ¿y si en vez de vender cada uno el aceite por su lado lo vendemos todos juntos no es mucho mejor? Porque al final los compradores no son tantos, para qué vamos a estar haciéndonos la competencia a nosotros” y así fue como surgió en noviembre de 1987 la Oleícola Hojiblanca.
El crecimiento de la iniciativa cooperativista se basó primero en el envasado del aceite, “conseguimos comprar la marca Hojiblanca que no era nuestra, a cuatro personas de Cabra, no se me olvidará, por un coste de 7 millones de pesetas y a partir de ahí, digamos, fue más cooperativa, más volumen, potenciar la marca Hojiblanca intentar hacerla crecer”.
Criado entre olivos en la Finca de las Hazuelas
Aunque nació en Málaga, su familia era toda de Villanueva de Algaidas, su padre, Francisco Luque Cabrera, era agricultor olivarero y ganadero. “Desde muy pequeñito, he pasado muchos meses en el campo, en una finca que está en Antequera, muy cerca de Algaidas, “Las Hazuelas”, que era la finca de mis abuelos”.
Desde niño, “yo tenía la vocación de ser ingeniero agrónomo, me apasionaba el campo, me gusta”. Estudió entre los Jesuitas en El Palo en Málaga, Nuestra Señora del Carmen y COU en el Instituto Pedro Espinosa.
Le tocó la primera Selectividad: “Después me fui a Córdoba a estudiar Agrónomo, me costó trabajo pero al final me saqué el título, pude conseguir ser ingeniero agrónomo”.
Hoy, está casado con Gertrudis del Castillo Quesada, tienen tres hijos: María, Antonio y Francisco, viviendo en Antequera.
Una tertulia entre amigos antes que el móvil
Luque prioriza hablar cara a cara antes que estar “enganchado con el móvil”. Así, “con las nuevas tecnologías, a veces me da un poco de miedo el que se pueda perder un poco una buena tarde de tertulia entre varios amigos, tomando una copa de vino, un café o jugando a un dominó aunque sea para criticarnos unos a otros, pero me da miedo que esas tardes de tertulia se pierdan”.
El responsable de Relaciones Corporativas, Esteban Carneros, y su hijo Paco le ayudan a estar al día de las nuevas formas de comunicarse. “Yo veo un ordenador y me da pánico, tengo un iPhone, tengo una tablet, todas esas cosas… pero la verdad tengo que reconocer que soy por llamarlo de alguna forma un ejecutivo absolutamente atípico a estos tiempos”.
Aunque deja claro que son necesarias: “Evidentemente no puedo hablar cara a cara todos los días con las personas, si tengo que hablar con una persona que está en Tel Aviv, otro que está en Nueva York, otro que está en Madrid, otro que está en Jaén, es complicado, aunque ahora con las nuevas tecnologías nos podemos ver las caras y lo hacemos”.
Ante una vida tan ajetreada huye de las redes sociales, ni Facebook, ni Twitter ni Instagram: “De eso nada, eso para mí es absolutamente prohibitivo, se lo tengo que preguntar muchas veces a mi hijo, pero no hay tiempo. Yo digo en muchas ocasiones que la gente del campo somos un poquillo catetos, pero no tontos”.
Su primer contrato: 40.000 pesetas al mes
Luque recuerda que su primera relación laboral fue trabajando “con un tío mío en una almazara industrial”, lo que le llevó a trabajar después con José Muñoz quien le dijo “no tenemos oficinas ni secretaria, queremos empezar a trabajar, no sabemos bien por dónde va a ir y queremos contratar a alguien para que trabaje con nosotros, para ver qué se puede hacer en el futuro, en el sector aceite de oliva, en la cooperativa”.
Le pagaban 40.000 pesetas al mes, y desde ahí fue creciendo hasta llegar a ser director general de Dcoop y desde el 29 de junio de 2016, presidente.
Antes pasó también por la organización agraria ASAJA, hasta que se le encargó promover reuniones con tres ce cooperativas para organizarse mejor en el norte de la provincia, llegando a noviembre de 1987, para constituir la cooperativa de segundo grado Oleícola Hojiblanca de Málaga.
En 2003, comienza el proceso de fusiones hasta con once integraciones, las últimas en 2014: Cordoliva, Acorsa, Agromálaga, Sumicoop, Agrocórdoba, Agropecuaria del Sur, Sierra Norte de Sevilla, Tierras Altas, Procasur, Baco…
Luque ha presidido el Consejo Sectorial del Aceite de Oliva de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España, lo que le llevó a estar en primera línea en las reivindicaciones del sector olivarero español durante la propuesta de la OCM del aceite de 1998, siendo el coordinador de la Mesa del Aceite que se convirtió en una cuestión de estado nacional.
Las pugnas con la Unión Europea por las reformas de la OCM
El Antonio Luque “guerrillero” y defensor del olivar español surgió con las reformas de la Unión Europea para las ayudas al sector olivarero. La OCM (Organización Común de Mercados), marcó una época donde Bruselas quiso cambiar el modelo de ayudas. “Creo que ahí diría que tuvimos mucha suerte el sector de aceite de oliva español. En 1986 cuando entramos en la Comunidad Económica Europea, España producía 500 millones de kilos de aceite, y el jefe de división del aceite de oliva nos daba la bienvenida a los españoles, pero lamentaba nuestra incorporación porque les íbamos a ocasionar gravísimos problemas de excedente de aceite de oliva”.
En aquel entonces, España producía 500 millones de aceite de oliva “y va a llegar a producir 700 millones de kilos de aceite de oliva”. 30 años después, en 2016 “tuvimos en España una producción de casi 1,4 millones, yo creo que España produce el triple de lo que aquel señor temía”.
Sin duda, con el comisario Fischler, el campo español se puso en pie, teniendo el respaldo de la ministra Loyola de Palacio “que hizo un magnífico trabajo en la defensa del sector en Bruselas.”.
El propio sector consiguió “transmitir que era una cuestión de Estado de que a todos los españoles sean de cualquier zona de España, incluida Cataluña y el País Vasco. El olivar es muy nuestro, bueno para todos los españoles, y yo creo que aquello nos ayudó muchísimo a comunicar muchísimo más sobre el aceite de oliva y nos ayudó muchísimo a vender el aceite de oliva, no solo en España, sino en todo el mundo. Creo que a partir de ahí, hubo un antes y un después en el sector”.
Arguiñano para la venta, Banderas para la promoción internacional
El crecimiento de Hojiblanca tuvo en Karlos Arguiñano, el mejor aliado para la venta nacional: “Fue la persona que más colaboró con nosotros, nos ayudó muchísimo en aquellos momentos en hacer una marca Hojiblanca”, entrando en los hogares de los españoles que le seguían por televisión.
También personas como Antonio Banderas quien “nos dio una imagen corporativa a nivel mundial importantísimo”. Antonio Banderas, les ayudó a penetrarse en el mercado norteamericano.
Así es Antonio Luque, el vertebrador de la conocida Hojiblanca, hoy Dcoop, que aunque traslada todo el éxito del grupo de cooperativas a las familias integrantes, es una de las personas más influyentes en España en el sector agrícola, como dice él mismo, sabe que aún quedan muchos logros: “Dcoop va a ser una de las empresas agroalimentarias más importantes del Sur de Europa, si nosotros estamos en 1.000 millones de euros de facturación ahora, estoy seguro que dentro de 20-25 años, se multiplicará por 4 o por 5”, con 180.000 familias que vivirán de la agricultura y de la ganadería.