Escribir no es una tarea fácil y más cuando hay que condensar toda una vida dedicada a la Música. Pero Antonio Navarro del Pino ‘Navi’, ha logrado meter la esencia del Blues en un libro. Nos sentamos por primera vez con él en un cara a cara. Ahora no hay mesa de mezclas por delante, ni micrófono, ni auriculares, ni él es el que dice lo que se debe hacer. Es el turno de desnudarse como productor de música que es y contar la historia del Blues en la ciudad de Antequera.
Entre la timidez que atesora y ese estar siempre en segundo plano, descubrimos a un tipo coherente con la realidad que ha vivido y la que tiene por delante. Siempre con un humor sarcástico, lleno de ironía, Antonio Navarro del Pino ‘Navi’ llega a nuestra Redacción dispuesto a “hablarnos de su libro” como diría Paco Umbral.
‘Treinta años mal contados de Blues en Antequera’ ha sido toda una aventura para este componente del dúo que forma en Cambayá Records junto a Antonio Blanco. En esta historia que comparte no hay artificios de lenguaje, está la vida misma del Blues que un día decidió colarse en Antequera a través de estos dos jinetes que en aquel entonces parecían tener poca cordura, pero que han demostrado con el paso del tiempo, que tenían mucha.
Dejar por un momento la producción musical por escribir, fue un paso que se inició gracias a la presentación de una de las ediciones del Festival de Blues de hace dos años. “Al terminar, Ana Cebrián dijo que ahora lo que hacía falta era escribir un libro, y dije yo: pues lo vamos a hacer… y hasta ahora que es cuando por fin se ha terminado”.
Lanzado a la escritura y habiendo tomado la decisión, tocaba pensar cómo enfocar esta historia. “El primer planteamiento fue para quién iba a ser, gente muy aficionada o un libro de blues para quien no esté adentrado en el blues. La decisión final fue hacerlo para ese montón de gente que va al Festival, que no son aficionados, pero que les gusta estar allí, escuchando música o simplemente, en la barra con sus amigos”, nos dice.
Además, no estamos ante un libro al uso. No sigue una estructura cronológica en el desarrollo del Festival de Blues, contando año tras año el mismo. Nos explica su elaboración para lograr condensar tanta información: “He ido agrupando capítulos por los orígenes del Blues en España, por donde entra que es Madrid, Barcelona y Sevilla. Y luego, he continuado con grupos que vienen del resto de la Península a tocar o bien por temas. El papel de la mujer dentro del Blues, o instrumentos muy típicos como es la armónica. El Blues en Antequera… En definitiva, contar los treinta años del Blues, pero no atándote, sino ir introduciendo temas y hablando de todo esto”.
El peso de los grandes artistas del Blues
Si hay algo característico en nuestro Festival y que queda reflejado a la perfección en la historia que ha escrito ‘Navi’, es el peso de grandes artistas que han pasado por aquí, ya fuera dentro del Blues o en aquellos Festivales de Rock con los que comenzaron.
“Han estado artistas de mucha categoría, músicos que luego son imprescindibles para las formaciones de gente muy famosa en España. Necesitan llevar músicos y normalmente cogen a gente de este tipo porque la gente del blues, normalmente, están muy reconocidos como buenos músicos”. Entre ellos, hay una larga lista de personalidades que han estado en Antequera. “Hemos tenido muy buenos artistas y seguimos teniendo. Cuando no están tocando blues están tocando con gente como Raphael, Sabina o Serrat. Y cuando los ves tocar entiendes el por qué se los llevan”.
Estas circunstancias de conocer a tanta gente de primera fila o incluso de segunda y tercera, ha facilitado que dentro del círculo del Blues en nuestro país, Cambayá Records esté muy bien valorado y con ello, nuestro Festival y por supuesto, Antequera.
‘Navi’ nos explica cómo lo han logrado: “Realmente el Festival de Blues no está solo. No es un episodio que se realiza dos días al año en Santa María. El Blues no duerme en Antequera, está activo todo el tiempo. Tenemos el estudio con músicos que vienen a grabar discos. Y ellos tras grabarlos, dicen que vienen al Festival y lo hacen un poco más barato. Son dos generaciones de músicos de Blues los que han pasado por aquí; y eso con el paso del tiempo, entre grabaciones de discos, venta, conciertos aquí y allí, luego acabas teniendo una amistad que va creciendo y va más allá de la profesional”.
Todo aliñado con un escenario que es nuestra ciudad que es un reclamo esencial para lograrlo: “A Antequera vienen porque siempre les ha gustado mucho el formato especial del Festival que tenemos aquí. Se quedan impresionados con el sitio. Tocan en una plaza rodeada por tres culturas, con un camerino que es la Colegiata de Santa María por dentro y se quedan impresionados. Sobre todo, me acuerdo de las caras de cuando traíamos a grupos americanos que aparcábamos el coche detrás de Santa María, entrábamos por el Callejón del Aire y me encantaba pararme y verles las caras cuando llegaban allí y de pronto se encontraban con toda la plaza de Santa María. Yo creo que eso influye también a la hora de las actuaciones, porque salen todos con ganas de actuar y luego todos se quedan con ganas de volver”.
Circunstancias que han llevado a esta cita veraniega a convertirse en una de las más longevas de nuestro país, el referente musical de los últimos lustros en Antequera, así lo asegura: “De los que empezamos, solamente quedamos tres, el de Getxo, Sardañola y nosotros”.
Todo esto ha puesto una semilla que ha germinado aumentando la calidad y el oído musical de los antequeranos: “Yo creo que sí; se ha ido extendiendo bien. En los primeros años muy poca gente aquí sabíamos lo que era el Blues. A lo largo del tiempo, la gente lo ha ido comprobando y ha ido descubriendo que es un tipo de música que les gusta, han empezado a escuchar música de otra manera. Eso lo hemos notado nosotros porque al principio hacíamos y deshacíamos a nuestro gusto y con el paso de los años la gente nos pedía traer a determinados grupos o no. El resultado también lo estamos viendo ahora en el ‘Club de Blues’, en el que la gente va, se sienta y se pone a escuchar incluso intimidando y poniendo las pilas a los músicos”.
La parte fotográfica y sonora del libro
‘Navi’ nos señala dos aspectos fundamentales en este libro de más de trescientas páginas impreso en Gráficas Antequeranas El Progreso. Por un lado, el gran apoyo que tiene en la fotografía, sin la cual, muchos de esos momentos, artistas y anécdotas, quedarían semivacías de alma. Para ello, ha contado con la colaboración de diferentes fotógrafos para lograrlo.
“El tema gráfico es muy importante en el libro. Tenemos aquí en Antequera un montón de buenos fotógrafos, también ha intervenido alguno de Málaga, y nos ha costado meter fotos porque había muchas que no se podían quedar fuera”, explica.
Otro de los puntos fuertes de esta edición es la parte musical, acompañando un disco. Nos apunta lo que encontramos en él: “Son dieciséis canciones, escogidas de entre más de cuatrocientos temas de blues. Fue complicado eliminar unas, meter otras y sobre todo, hemos elegido éstas porque han sido especiales. Una canción en la que estuviera Mick Taylor; otra grabada en Sevilla en la que se habla en el libro; otra de Lizzy Lester que se llama ‘Cambayá Stones’. Y luego van incluidas tres canciones inéditas que no se han publicado nunca. Una que nos sobró del grupo sevillano Charmers que no se pudo meter en su disco y que me gustaba mucho. Luego un experimento que hicimos con Susette Moncrieff y Charlie Cepeda con una versión de Barry White. Y otra que es la joya de la corona: una canción que grabamos por el año 1980 de una banda en Antequera que era la ‘Cápuli Rules Mil’, la primera banda que en Antequera comenzó a hacer rhythm and blues, una banda que hizo Antonio Blanco cuando yo me marché a hacer la ‘mili’ y tuvimos que parar Los García. Estaban Federico Álvarez tocando el trombón, Joaquín Jaén, Gabi Robledo, Joaquín Castro y cantaba Enrique García. Es una canción que no se ha publicado nunca, que no se ha salido nunca y que solo está en este disco”.
Momentos especiales que se recogen en este apartado sonoro que hacen a esta edición mucho más especial: “Ahí no estaba yo, porque en esa época estaba ocupado fregando tanques. Fue una cosa de ellos, pero en el libro cuanto peripecias de ellos. Era una banda de nueve músicos, no había en España ninguna banda de ese calibre y haciendo este tipo de música. También en el libro se hace un repaso a los músicos de blues que ha habido en Antequera, y creo que esa fue la primera banda dedicada a esta música. Era muy divertida, haciendo versiones de los Blues Brothers y además, muy vistosa”.
La esencia de Antequera en esta publicación
Llegados a este punto y tras analizar la importancia de nuestra ciudad en el mundo del Blues, es inevitable preguntar por qué está tan presente.
‘Navi’ es contundente: “Antequera aparece constantemente. Siempre que hemos hecho conciertos hemos buscado ligar el patrimonio que tenemos con el Blues, por eso siempre hemos cogido el patio del Ayuntamiento, el de San Zoilo, el del Museo, la Casa de los Colarte y, por supuesto, Santa María. Así que cualquier foto que hagas a un artista por lo pronto, va a reflejarse detrás algo que reconoces como cosas de Antequera. Y luego como digo, aquí hay numerosos reflejos de Antequera, un disco que se sacó que se titulaba “Made in Antequera” de los Blues Boys. Aparece Antequera en la página web de los Rolling Stones porque uno de ellos estuvo aquí grabando. Antequera aparece siempre que se habla de Blues”.
Mick Taylor, guitarra de los Rolling Stones
Precisamente, uno de los alicientes de esta historia, es narrar los cientos de anécdotas que tienen y se entremezclan con la historia del Blues en nuestra ciudad. Y una de ellas, la protagoniza Mick Taylor, guitarrista de los Rolling en 1992. “Él estuvo en la Expo’92 como gran artista que es le ofrecieron una banda de apoyo para actuar que fue la madrileña Tonky Blues Band que precisamente estaban grabando con nosotros su tercer disco. Un día nos llamaron diciendo que habían estado con él en Sevilla y que no quería irse a Londres, quería quedarse por aquí y grabar. Y entonces salimos pitando para traerlo y grabamos aquí en Antequera”.
Una circunstancia que ha hecho que este disco de los Tonky sea una reliquia y considerado de colección: “Los seguidores de los Rolling Stones y que coleccionan absolutamente todo lo que ellos han grabado tanto en grupo como por separado, buscan ese disco que todavía nos lo siguen pidiendo desde Alemania, Holanda, Inglaterra… Porque se considera una pieza valorada y poco corriente”.
Los inicios de estos caballeros andantes
Todas estas anécdotas y artistas han logrado llegar hasta este día con tesón y esfuerzo, pero todo tiene un inicio y comenzó con el rock por bandera. “Los Festivales de Rock eran de los primeros que habían. El primero lo hicimos en el 77 en la Plaza de Toros, lo primero que hicimos Antonio Blanco y yo juntos y un socio capitalista que nos echamos, al que al final le tuvimos que prestar dinero. La gente en Antequera no estaba acostumbrada a estas cosas, pero tampoco en gran parte de España. Curiosamente había solo tres festivales que duraban toda la noche que eran en Burgos, en Calella y en Antequera. En aquella época, amigas nuestras no pudieron ir al Festival porque los padres no las dejaban salir a la calle con la marabunta que se montaba”.
Eran otros tiempos, otra época en la que quizá no había tanta diversidad como ahora. Pero ante ello, nos apunta al alcalde de entonces, José María González: “Me pongo en su piel, que de pronto, le entraran dos niñatos con melena al despacho y le contaran que querían que le dejaran la Plaza de Toros para hacer un festival de rock. La verdad es que me pongo en su pellejo y en cómo reaccionaría. Y al final, confió en nosotros y nos dejó la Plaza, y no nos conocía de nada. Pero se ve que lo que le contamos, le gustó y el hombre decidió arriesgarse, y no era fácil en aquellos tiempos”.
Ese punto inicial ha sido el detonante de proseguir en este camino de la música, algo que no estaba en sus pensamientos y que lo ha traído hasta aquí haciendo lo que le gusta. “La verdad es que no me lo imaginaba. Pero no porque pensara que no íbamos a conseguirlo o que no iba a calar en la gente, sino porque cuando empezábamos hacíamos las cosas sin pensar muchos y el horizonte era el de cuatro días después de que se terminara de hacer los conciertos. No pensábamos en una proyección de futuro. No como ahora, que ahora lo piensas más. Era nuestra manera de ser y pensar, al final hemos conseguido vivir de la música”.
Pero antes de esa primera cita musical, está el punto en el que Antonio Blanco y Antonio Navarro, los ‘primos’, llegaron a conocerse, circunstancia que viene marcada por nuestro director Ángel Guerrero. “Quería hacer el festival de rock y me fui a preguntarle a Ángel Guerrero, que era la persona que ligaba bien con la música porque desde pequeño escuchaba sus programas en la radio y cuando fue concejal empezó a traer a Antequera grupos que se salían de la época. Me acuerdo que trajo a Los Ángeles y Los Canarios y supongo que puso una cara parecida a la de José María González. Me dijo que lo que tenía que hacer es ir a la calle Carreteros, que allí hay un chaval que me comentó que quería hacer un festival y que tiene una tiendecita de discos. “Ve y habla con él”; se trataba de Antonio Blanco. Y entonces comenzó mi amistad con él. Ángel fue también uno de los grandes culpables de que tengamos un festival de más de treinta años en Antequera, fue él quien nos puso en el camino”.
La mirada hacia al futuro
Ya conocemos el pasado, el inicio el germen de todo esto que aparece muy detallado en este libro. El presente lo tenemos claro cada año, pero también toca mirar hacia el futuro. “La verdad es que no sé, tiene identidad suficiente para que pueda seguir caminando solo sin nosotros ya. Con todas las Corporaciones con las que hemos trabajado la relación ha sido buena y siempre han decidido apoyar el Festival. Creo que cuando Antonio y yo no podamos seguir adelante con él, seguramente continuará, pero no va a ser lo mismo”, resalta. Inevitable pensar en ello, porque cuesta imaginar en hacer una división entre Festival de Blues y Cambayá Records.
Ese camino que está aún por escribir es desconocido, pero ahí está este libro, para que quienes en el futuro se encarguen de preparar los 50, 75 o 100 años del Festival de Blues de Antequera, sepan cómo empezó, cómo surgió y lo más importante, quiénes fueron aquellos locos de melena larga que un día abrieron las puertas de la música a esta ciudad milenaria.
Mientras llega ese momento, seguiremos leyendo este libro que baila al son del mejor blues que se hace en España, que no es en otro sitio que en la casa de los ‘primos’ en Antequera.