viernes 22 noviembre 2024
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El Infante Don Fernando (IV): con numerosos títulos además de “El de Antequera”

Don Fernando «El de Antequera», tuvo muchos más títulos, aunque el más conocido fuera el que lleva el patronímico antequerano. Fue Fernando I de Aragón, Fernando de Trastámara, Fernando el Justo y Fernando el Honesto; Rey de Valencia, de Mallorca, de Córcega, de Sicilia y de Cerdeña, duque de Neopatria y de Atenas, conde de Barcelona, del Rosellón, de Cerceña… además de Regente de Castilla. Fue el primer monarca aragonés de la dinastía castellana de los Trastámara, por la rama materna, pues su madre Leonor de Aragón era hermana de Martín I de Aragón «el Humano». Su coronación como tal tuvo lugar el 28 de junio de 1412, tras ser elegido el 5 de agosto, jurar en Zaragoza y el 28 de noviembre, en Barcelona. Duque de Atenas y Neopatria, Señor de Lara, Duque de Peñafiel y Conde de Mayorga; por matrimonio, Conde de Alburquerque y de Ledesma y Señor de Castro de Haro.

Rey de Aragón

En 1410, al morir su tío el rey Martín I de Aragón sin descendencia directa y legítima, Fernando presenta su candidatura a la sucesión del trono aragonés, tras haber previsto lo que podría ocurrir y encargarse de dirigir escritos con sus justificadas pretensiones a los más influyentes nobles aragoneses, de forma que, aunque en un principio se presentan hasta seis candidatos al trono, sólo Fernando y Jaime de Urgel tenían posibilidades reales de éxito. El poderío económico de Fernando, su prestigio militar y su inteligencia política, que le permitió contar con el apoyo de la familia valenciana de los Centelles y de la familia aragonesa de los Urrea, unida a los errores de Jaime de Urgel, entre ellos la conspiración para asesinar al arzobispo de Zaragoza, y al apoyo tanto de Benedicto XIII, como de su confesor, Vicente Ferrer, inclinarán la balanza hacia la candidatura de Fernando, que será refrendado, el 28 de junio de 1412, en el llamado Compromiso de Caspe al ser proclamado rey de Aragón y de los demás estados de la Corona de Aragón. Tras jurar como rey el 5 de agosto en el Palacio de Aljafería de Zaragoza, donde dos de sus antiguos rivales para ocupar el trono, Fabrique de Luna y Juan de Prades, le rendirán pleitesía, se dirigirá a Lérida, donde representantes de su gran rival, Jaime de Urgel, le rinden vasallaje, a cambio del ducado de Montblanch y de la concertación de un matrimonio entre sus hijos Enrique e Isabel. A continuación, Fernando se dirige a Tortosa para entrevistarse con su gran valedor Benedicto XIII quien, el 21 de noviembre de 1412, le invistió como rey de Sicilia, Córcega y Cerdeña a cambio del apoyo real en la disputa que Benedicto mantenía con los otros dos papas que simultáneamente gobernaban el orbe cristiano: Gregorio XII y Juan XXIII, en pleno Cisma de Occidente que dividía a la Iglesia Católica.

 

Una semana después, el 28 de noviembre, Fernando entraba en Barcelona, donde juró los privilegios catalanes. En 1413 durante la celebración de las Cortes Catalanas que él mismo había convocado, recibió la noticia de que Jaime de Urgel se había levantado en armas. Con la ayuda de los estamentos de la nobleza catalana sofoca la revuelta y sitia al conde de Urgel en el castillo de Balaguer, que es tomado el 31 de octubre, tras lo cual el antiguo pretendiente al trono de Aragón fue despojado de todos sus títulos y desterrado.

En las Cortes que había convocado en Barcelona, Fernando tuvo que ceder al denominado pactismo catalán en su relación especial con las Cortes y de la Generalidad de Cataluña. Este movimiento, encabezado por Joan Fillavert, manifestaba que «privilegi atorgat tollent ley paccionada de dret, non val y que privilegi atorgat contra ben publich es nul», por lo que estaban «Decididos a darle antes su vida que la libertad». A pesar de que Fernando tuvo que claudicar ante los consellers, su relación con Fillavert no tuvo que deteriorarse, ya que le nombró albacea de su testamento que otorgó el 10 de octubre de 1415 en Perpiñán. Tras eliminar o neutralizar toda oposición interior, Fernando se dirigió nuevamente a Zaragoza, donde será coronado en 1414 en el Palacio de la Aljafería, tras lo cual dirige su atención a la política exterior.

 

Normalizó la situación interna de Sicilia con el nombramiento en 1415 de su hijo Juan como virrey de Sicilia, logrando acabar con la guerra civil que desde el fallecimiento de Martín el Joven enfrentaba a la viuda de éste, Blanca Navarra, con el hijo ilegítimo de aquel, Fadrique de Luna. Pacificó Cerdeña, pactó una tregua con Génova y firmó tratados de amistad con Egipto y con el reino de Fez (1414).

En el cisma de Occidente, fue fiel a Benedicto XIII, su protector, aunque intentó que renunciase al pontificado, para lo cual se reunió con él en Morella (1414) y en Perpiñán (1415). La intransigencia de Benedicto, unida a la decisión tomada en el Concilio de Constanza que destituyó a los tres papas, hizo que Fernando le abandonara y le retirara la obediencia de sus reinos. El 14 de marzo de 1416 enfermó en Igualada, donde fallecería el 2 de abril, como recogimos en nuestro capítulo anterior.

 

Bibliografía:

– General José Ignacio Gutiérrez

– «Historias de Antequera», de Yegros, C. Fernández y Trinidad de Rojas.

– «La Conquista de Antequera por el Infante Don Fernando». Carlos Martínez Valverde.

– «La Toma de Antequera». Versión moderna de varios textos medievales, por Francisco López Estrada.

– Diccionario General Espasa.

– Fondo editorial de «El Sol de Antequera».

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