Con la natural satisfacción hemos recibido algunas llamadas, aludiendo a esta página de la semana pasada. Tenemos comprobado que estas cosas gustan, a los jóvenes por desconocer esa parte de la vida reciente de la ciudad, a los menos jóvenes por revivir momentos de aquellos dulces años de la juventud.
Y es que eran acontecimientos para sus protagonistas, que lucían sus facultades de toreros ante las chicas que admiraban, para los espectadores que echaban un buen rato y para las Hermanitas a las que les hacía tanta falta como les hace ahora…
Pero nuestra mayor alegría ha sido recibir en persona a un caballero antequerano, Carlos Blázquez, con varias fotos más de aquellos momentos. Se lo agradecimos tanto como nos satisface hacerlas llegar a nuestros lectores. En ellas, nombres muy conocidos, muchos velando por nosotros desde el Cielo, otros evocando seguramente aquellas fiestas que solían terminar en un baile del “Patio del Casino”, vieja construcción que se acicalaba para recoger actos como esos bailes que completaban la recaudación para los necesitados de Antequera, con un suelo acondicionado, macetas, carteles de toros, un escenario para la Orquesta –casi siempre la Orquesta Torcal, como podría asegurarnos nuestro entrañable colaborador José Antonio Lebrón– y una barra para las bebidas… Y a la mañana siguiente visita a las Hermanitas a llevar el importe de los beneficios –Carlos, guarda aún cuentas detalladísimas– de varios miles de pesetas…
En fin… recuerdos que pasaron para no volver…