sábado 28 diciembre 2024
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La Plaza de San Sebastián, estampa singular en el kilómetro “0” de Andalucía

Una de las más bellas imágenes que nuestra Ciudad ofrece es, sin duda, la de la Plaza de San Sebastián: la iglesia y su Torre de Andrés Burgueño, la fuente renacentistas, el Arco del Nazareno y, arriba, «El Reloj», forman una amalgama de estilos, de siglos, una de las imágenes ideales para los visitantes que tratan de inmortalizarla, desde los muchos puntos que la Plaza les ofrece.

Su origen, habría que situarlo en 1538, cuando un Jurado de la Ciudad, solicitó al Rey licencia para hacer dos plazas, fuera de lo que entonces era el «centro» de la ciudad, una sería la del Portichuelo y otra la de San Sebastián, donde ya se hallaba, sin la torre de Andrés Burgueño hasta después de 1700, la iglesia. El rápido crecimiento de Antequera determinaría, con el tiempo, que en la Plaza de San Sebastián se instalaran el Palacio Consistorial –en la Casa de los Bouderé–, y más tarde el Cine Pasqualini y hasta la primera oficina de la Caja de Ahorros de Antequera, en el mismo edificio, lindando con la calle del Gato.

La Plaza ha recibido grandes mejoras: la más destacada, la del alcalde Guerrero Muñoz, rondando el siglo XX. Por aquellos años las calles eran un auténtico suplicio, la ciudad dejaba mucho que desear en muchos aspectos, la calle Estepa –hoy Infante Don Fernando–, era un barrizal, con su «arroyón» por el centro, que Guerrero Muñoz embovedó y convirtió en un precioso paseo, con aceras enlosadas y amplias, cuidados árboles para adornarlas y un piso muy firme, y en la plaza de San Sebastián, situó una preciosa farola de hierro forjado, sobre una base de piedra formando un risco, con fuentes de agua, estalactitas simuladas y una artística reja que lo cerraba todo. En el resto situó bancos y farolas.

Ante de eso, se levantó el Arco del Nazareno, como una más de las tribunas religiosas de la Ciudad, arco que sería restaurado según un proyecto de 1961, derribándolo y levantándolo de nuevo prácticamente siguiendo el plano original. Y ya en 1945, coincidiendo con su cuarto centenario, el Ayuntamiento que presidía Francisco Ruiz Ortega, tuvo la feliz idea de trasladar al centro de nuestra Plaza, la preciosa fuente renacentista obra del granadino Godros en 1545, que estuvo primero en la Plaza Alta, para ser «bajada» a la Plaza de Abastos y definitivamente a la Plaza de San Sebastián.

Así se gestó esta singular Plaza, orgullo de la ciudad, por la mezcla de estilos muestra de la arquitectura de siglos, en la que quizás sería oportuno cambiar el color blanco liso del Arco, tras la última restauración de la Plaza, dirigida por Jesús Romero, una gran restauración que «bajó» el pavimento, «elevando» y embelleciendo la fuente, mientras se colocaba un adoquinado inspirado en los Siena, formando arcos de círculo concéntricos. Devolverle el color «ladrillo» al Arco, permitiría un bello contraste parecido al original de San Agustín.

 

Fuentes:

Fondo editorial de «El Sol de Antequera». M. Romero. M. Cascales. A. Parejo.

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