En 100 años ha cambiado por completo el programa de cultos y cómo es la procesión de la Virgen de los Remedios. Viajamos en el tiempo por medio de nuestras páginas centenarias compartiendo cómo era el 8 de septiembre hace 100, 75, 50 y 25 años.
Así, en 1925, se lanzaban fuegos artificiales en la víspera, época en la que la procesión se ceñía a Infante don Fernando, Cantareros y Tercia. En 1950, los sermones eran protagonizados por eruditos de la Iglesia. Hace 50 años, las obras llevan a trasladar la imagen patronal a San Sebastián y se denunciaba que no hubiese procesión. Y en el año 2000, visitó el Barrio de Santiago en la época del recorrido por las diferentes parroquias.
1925: Fuegos artificiales
y por calle Tercia
La víspera se celebró el día 7, a las siete en su iglesia titular, y por la noche “una función de fuegos artificiales en calle Infante don Fernando, y velada musical por la Banda del Municipio”. Se pidió a los vecinos que “pongan iluminaciones y colgaduras”. El día 8, “a las ocho de la mañana, misa de Comunión general, y a las diez solemne función religiosa a toda orquesta, con la oración sagrada a cargo del Ministro de los Trinitarios”.
Por la tarde, a las seis y media, la procesión “de la Virgen en su hermoso trono y con las riquísimas coronas que Ella y su divino Hijo recibieron en el acto de su solemnísima Coronación Canónica, celebrada el año a de 1922”. El recorrido fue “ Infante Don Fernando, Ramón y Cajal y Jerónimo Vida, regresando a su iglesia”. Ramón y Cajal es hoy Cantareros y Jerónimo Vida, la Tercia de hoy, que en 1915, se mandó llamar así por el retratista de personajes ilustres.
Como curiosidad, a las mujeres se les pedía “llevar su vela respectiva”, mientras que a los hombres “les será facilitada en la sacristía” la vela.
Así “con el esplendor de otros años se celebró el día 8 la procesión pública de nuestra Patrona la Virgen de los Remedios. Después de recorrer la estación acostumbrada, ya de regreso a su iglesia la procesión, se cantó una solemne Salve en acción de gracias, resultando un acto espléndido”.
1950: El canónigo
de la Catedral de Córdoba
La novena se celebró “con gran solemnidad y numerosa asistencia”. La anécdota fue que “por no haber llegado ayer, como se esperaba, hasta esta tarde no empezarán los sermones, de los que ha sido encargado el notable orador sagrado muy ilustre señor don Antonio García Laguna, canónigo de la S. I. C, de Córdoba”.
El día 8 en “la función principal tuvo lugar en la mañana del viernes”, con asistencia del Ayuntamiento bajo mazas y presidido por el alcalde Francisco Ruiz Ortega. Era esclavo mayor Luis Moreno Fernández de Rodas. Ofició Amalio Horrillo, que tuvo por diáconos a Antonio Alarcón y Miguel Rodríguez Gutiérrez, “asistiendo en el presbiterio varios señores párrocos”. La oración sagrada “estuvo a cargo del doctor García Laguna, como durante la novena, pronunciando elocuente panegírico”.
“La procesión de nuestra Patrona Mariana efectuó solemnemente por la tarde, con asistencia de muchos devotos, llevando las andas miembros de la Esclavitud dirigidos por don Carlos Blázquez. Concurrió el Clero y el Excelentísimo Ayuntamiento bajo mazas, cerrando marcha la Banda Municipal”.
1975: San Sebastián acoge la novena por obras en su templo
La novena se desarrolló entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre en la iglesia de San Sebastián. A las siete y media, “Exposición de la Eucaristía, Santo Rosario con un breve comentario a cada misterio biblico. Celebración de la Palabra sobre la Virgen María. Compromisos de vida cristiana Preces litánicas y Bendición con el Santísimo”. A las ocho, “celebración de la Eucaristía con homilía, ofrecimiento de cada día por unas necesidades concretas.
El día 8, festividad de la Virgen con misa a las 8 con homilía. “Ofrecimiento de Antequera a la Santísima Virgen. Preces por las necesidades de la Iglesia y del mundo”.
Desde nuestras páginas se lamenta que se hayan perdido tanto la procesión de los Remedios como de Santa Eufemia. “Pocas celebraciones se mantienen de aquellas ricas y brillantes fiestas organizadas en su honor, como lo hacen en cualquier punto de España, donde el día de los patronales, es día señalado”.
“Se perdió la procesión de la Virgen de los Remedios, sin que acertemos a explicarnos lo motivos; más antigua es la última procesión de Santa Eufemia, y no digamos de la que en cumplimiento de voto, creemos que perpetuo, tiene que realizar nuestro Ayuntamiento”.
Así que hace 50 años, “actos religiosos y nada más, que aunque justifiquen sus solemnidades en la forma más elevada, no creemos estorben ni las típicas verbenas, ni las hogueras, ni las procesiones de nuestras patronas, en unos años que hasta se consiguió hacer festivo, propiciando la celebración de números de carácter y naturaleza populares…”.
“¡Ay aquellos entrañables conciertos de las noches del verano! ¡Ay del que se celebraba la víspera del aniversario de la liberación de la ciudad! ¡Y de tantas y tantas verbenillas populares que daban regocijo a barrios enteros, y servían para mantener entrañables tradiciones que hemos privado a nuestros hijos!”.
Volviendo a la novena de los Remedios, “a causa de las obras que se vienen realizando en la bellísima iglesia de Los Remedios, la imagen de la patrona de la ciudad, fue trasladada a la iglesia mayor de San Sebastián, donde se le dedicó la tradicional novena con asistencia de numerosísimos fieles y devotos, que llenaron prácticamente el templo el día 8”.
2000: Visita a Santiago
con ‘encuentro’
con Santa Eufemia
Año de luto en el que se tuvo en cuenta a Ramón Zavala Lería, esclavo mayor que promovió la visita a las parroquias por parte de la Virgen de los Remedios.
En el rosario de la aurora que trasladaba la imagen desde su templo hasta Belén, hubo “encuentro” de las dos patronas en Santa Eufemia, en una mañana donde la viuda del que fuera alcalde Isidro Montoro, Carmen Blázquez, entregaba su bastón de mando.
En la noche del día 7, oración dirigida por el sacerdote Isidro Rubiales que contó con el acompañamiento musical de la Coral María Inmaculada, dirigida por Sor María Antonia López. El recorrido a la mañana siguiente fue: Infante don Fernando, Comedias, Rodaljarros, Garzón, Maderuelos, Tintes, Encamación, Carrera, Santa Eufemia, Cuesta de Archidona, Córdoba, Plaza de Jaén con misa, Granada, Puerta de Granada, calle Belén hasta el interior del templo de clarisas.
En el rosario, se colocó a la imagen de Santa Eufemia para recibir a la Virgen, cantando las monjas donde su madre superiora, Trinidad Martínez, entregó un ramo de flores con seis lirios, uno por cada religiosa de la comunidad.
Por la tarde, la misa fue presidida por el padre Tomás Suárez y concelebrada por Isidro Rubiales y otros sacerdotes. Amenizó la Coral María Inmaculada que interpretó la «Misa del Campo Andaluz» de Manuel del Campo.
En la presidencia, el alcalde Jesús Romero, con los concejales Carmen Rosa Torres que rindió el Pendón, Javier Sillero, José Cobos y Pedro Fernández, con representaciones del Cuerpo Nacional de Policía, Destacamento de Aviación y otro, ocupando un lateral, y, en el otro, el teniente Esclavo Mayor José Fernández, junto a directivos de la Esclavitud y el hermano mayor de la Cofradía de Los Dolores, Agustín Puche.
Tras ellos, los hermanos mayores de las cofradías y Hermandades de La Pollinica, Señor de la Salud y de las Aguas, La Salud y Santa Eufemia, así como el presidente de la Agrupación, Manuel Barón.
Tras la misa, se puso en marcha la procesión hasta la iglesia de los Remedios, pasando por Carrera, Señor de los Avisos, Plaza de Fernández Viagas, Plaza de San Francisco, Acera Alta, Duranes, Lucena y luego Cantareros, San Luis e Infante Don Fernando.
Justo Muñoz dirigía el templete, cuyo cortejo fue saludado por las campanas de Belén, Santa Eufemia, Santiago, San Francisco y Madre de Dios, con la Banda Municipal de Archidona que cerró el desfile.
En cabeza del mismo el guión de la Esclavitud, seguido de representaciones de as hermandades y cofradías antequeranas, cuyos hermanos mayores fueron invitados a llevar el guión de la Esclavitud. Tras ellos, “dos señoritas vistiendo dalmáticas con el incienso, el trono refulgente con la imagen de María, que lucía el manto rojo y en unas de sus columnas un lazo negro en recuerdo de su anterior esclavo mayor Ramón Zavala, seguido de la presidencia religiosa, con el padre Isidro Rubiales al frente, y de la presidencia civil, encabezada por el alcalde Jesús Romero y varios concejales y tenientes de alcalde, de los que Carmen Rosa Torres llevó el Pendón de la Ciudad”.
La procesión se cerró sobre las diez y media de la noche, “con mucho público aguardando en las puertas del céntrico templo antequerano y tras haberse «vuelto» también la imagen de nuestra Patrona Mariana ante las abiertas puertas de San Juan de Dios, a cuyas puertas Santi Calle había sacado una preciosa talla mariana. En resumen, la Virgen de los Remedios «conoció» calles, plazas, lugares nuevos de la tierra que la venera”.