Hay historias de película que te encuentras el día menos pensado, como la de Annika Llavero y Chus Alonso. Ella, artista malagueña de 29 años; él, fotógrafo cordobés de 39 años, afincado en Fuengirola.
Hace un mes y tres semanas, “nos encontramos de casualidad, fuimos solos a recorrer La Maroma de Málaga, nos encontramos de casualidad, empezamos a hablar y tuvimos nueve horas que dura el trayecto para conocernos”, nos dice el fotógrafo.
Ella vive en el centro de Málaga, tiene un taller de pintura en la zona de los polígonos, estudió Bellas Artes en Sevilla y ya tiene algunos premios en concursos de Sevilla, Málaga, Madrid, Castilla La Mancha y Extremadura.
Nos enteramos del romance al preguntarle a ella sobre el pasaje pintado: “La imagen no es mía, es de mi compañero, Chus Alonso, nos conocimos hace algo más de un mes y a las dos semanas hice un trato con él: te acompaño a unas conferencias si tú me das una foto para el certamen de Antequera, y si gano, hacemos un viaje juntos”, nos explica sonriente, con ese rostro y sonrisa que el amor marca en sus inicios.
Subiendo por la montaña malagueña, “él me dijo que era fotógrafo y yo que era pintora”. Este premio significa mucho para ambos: “Antequera nos ha unido. Él ha visto lo que soy capaz de hacer y lo he conseguido. Ya había participado, sabía que estaba muy bien y este año lo he ganado”.
Ahora, a cumplir la promesa: “¡Lo pago encantada!”. Le preguntamos si tras el viaje, habrá acabado el cuento de hadas y Annika nos responde: “¡De eso nada, nosotros somos ya pareja desde La Maroma!”, termina sonriendo la ganadora del certamen antequerano.
Sin duda, al ver un cuadro, verás lo que tus ojos te digan, pero siempre, hay algo más tras la pintura, como en este caso, la historia de amor de Annika y Chus.
Más información, edición impresa sábado 20 de diciembre (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).