Hay tres visitas obligadas al llegar a la iglesia conventual de Belén de la calle del mismo nombre, en el barroco y religioso barrio de Santiago: el Santísimo, la Virgen de Los Dolores y el torno de los dulces de las clarisas.
Único templo que mantiene anualmente la exposición del Santísimo pública a diario, así como esas procesiones íntimas hacia el camarín de la Virgen de los Dolores. Y tras volver al patio, el olor a dulces tradicionales, nos lleva al torno conventual, donde durante todo el año, endulzan nuestras comidas y reuniones.
Desde 1859: recetas monacales
Las religiosas clarisas mantienen la fábrica más antigua que se conserva en Antequera, ya que su marca se elabora desde 1859. Durante el año, hacen a mano deliciosos roscos de aceite, magdalenas, bizcochos y, sobre todo, bienmesabe, el exquisito postre local que gran fama les da a las monjas para ser pieza buscada cualquier día del año.
Ahora, para Navidad, amplían su producción en 9.000 kilos, a base de polvorones, mantecados, alfajores y roscos de vino, que se suman a los productos anuales. El trabajo navideño lo inician en octubre, elaborando artesanalmente sus recetas hasta la semana previa al Nacimiento del Niño Dios.
El ora et labora benedictino está presente en estas monjas que rezan por todos nosotros y elaboran estas recetas propias para ofrecerlas a quien las quiera, adquiriendo recursos para mantener el convento.
El bienmesabe y los mantecados de las monjas de Belén (impresionante el polvorón) son patrimonio de la gastronomía local.
Monjas de Belén
· Desde: 1859, fecha en la que abren su obrador artesanal.
· Fabrican: Todo el año con roscos de aceite, magdalenas, bizcochos y bienmesabe.
· Navidad: Ahora añaden la producción de polvorones, mantecados, alfajores y roscos de vino.
· Producción: 9.000 kilos.
· Trabajan: Actualmente las diez religiosas que hay en el Convento.
· Producto estrella navideño: Polvorones y mantecados.
· Dirección: Iglesia Conventual de Belén, calle Belén, entre la Plaza de Santiago y el Arco de Granada. Al entrar, hay un torno a la izquierda pegado a la fachada del templo.
· Horario de venta: Durante el año, de lunes a viernes de 9,30 a 13,30 y de 15,30 a 18,30 horas. En época navideña, de lunes a sábados de 9,30 a 14 y de 15,30 a 19 horas. Domingos y festivos de 11 a 14 y de 16 a 19 horas.
· Teléfono: 952 84 21 64.
Mantecados de las monjas de Belén, opina Juan Benítez
Antequera tiene una larga tradición de elaboración de mantecados por estas fechas y que llega hasta bien entrada la Navidad. El dicho de que: “Antequera huele a canela durante tres meses”, no sólo es verdad, sino que hasta llegó a generar una creencia: Que, en algún lugar próximo al Torcal, había un árbol de la canela, un canelo. Algo más que improbable por estas latitudes ya que este árbol, originario de Sri Lanka no podría encontrarse por aquí, por más que nos gustase.
Lo que ocurría era que las muchas fábricas de mantecados que existían dentro de la ciudad, emanaban ese agradable olor a canela, especia esencial en la producción de estos ricos dulces de la época cercana a la Navidad y comienzo del frío.
Cuando yo llegué a Antequera, a principios del mes de octubre de 1970, empecé a conocer algunas costumbres, todos conocen por este periódico mi gran afición a recopilar todas las costumbres populares de tradición oral. Recuerdo una curiosa: En cuanto empezaban los primeros fríos y lluvias, los antequeranos adquirían un cuarto kilo de mantecados dobles de canela y polvorones, eran los dulces más deseados por todos, para comprobar qué fábrica los hacía mejor, y cuáles tenían mejor sabor. Luego, de boca en boca, se iba propagando entre las familias antequeranas y, cuando se acercaba la Navidad, se compraban aquellos productos que habían sido mejor valorados por los antequeranos.
El propietario de un chiringuito: “El Patati”
Las Monjas de Belén, o mejor dicho, los productos de repostería, que durante todo el año elaboraban, gozaban de buena fama, no sólo en Antequera, sino fuera de ella, principalmente en la capital.
Recuerdo una anécdota curiosa: El propietario de un chiringuito de La Carihuela, “El Patati”, fundado en el año 1963 y que debe su nombre a que su dueño, antes de dedicarse a la restauración, vendía patatas fritas por la Carihuela, venía cada año por la carretera antigua de Málaga, por la conocida Cuesta de la Reina, en bicicleta, a por los mantecados de las Monjas de Belén, porque, según su familia y conocidos de Málaga, eran los mejores.
Debió influir mucho en esta fama la receta que José Antonio Muñoz Rojas envió a unos de sus amigos para explicarle cómo se elaboraba el bienmesabe: “Busque usted un convento de piedras antiguas, unas monjitas que se hayan educado desde muy jóvenes dentro del convento, unos consejos bien conservados de una novicia que se lo había dado su bisabuela… y tendrá usted una buen bienmesabe”.
Como productos estrella de nuestras Monjas de Belén para estas Navidades podemos destacar: El polvorón de almendra picada, grande, bien adornado con azúcar y canela y de un extraordinario sabor.
Mantecados dobles de canela, exquisitos y muy en la tradición de este producto. Mantecados dobles de naranja, de limón y de almendra, novedosos en el mercado y muy agradables al paladar.
Alfajor de frutos secos, que, precisamente, destacan por un sabor a variados frutos secos y que contrastan, para mi gusto, con la mayoría de alfajores que suelen ser de almendra o de avellana. Muy buenos.
JUAN BENÍTEZ, Sillón “Cándido” Academia Gastronómica de Málaga