En una tarde lluviosa me cito en el Pub Alambique con uno de los artífices de la movida antequerana en las décadas de los 90 y 2000. A punto de cumplir los 50, Pedro Arjona Ríos, ‘Zanahorio’, para los amigos, es ahora gerente de una empresa de máquinas recreativas, pero en aquellos años era uno de los empresarios más conocido de la noche.
Pedro regentó locales tan emblemáticos en nuestra ciudad como ‘Trapiche’, ‘Resaka’ o la recordada caseta de feria PGB. Eran tiempos donde las noches en Antequera tenían un sabor especial y existían alicientes de sobra para poder salir a disfrutar sin problemas y de una manera sana y donde había mucha más comunicación y valores entre las personas.
Pedro Arjona ‘Zanahorio’ comenzó en la noche con tan solo 26 años, formando con unos amigos el conocido pub ‘Trapiche’: “Entrar en el tema de la noche fue porque nos juntamos cuatro amigos y montamos un pub en el año 1992 que se llamaba ‘Trapiche’ en calle San Agustín con el que duramos siete meses”.
Tras esta aventura se embarcaron en otra aún más ilusionante: “A raíz de ahí, Juan Pablo Pérez Cortés y yo hablamos con la discoteca Torcal, ya que tenían un local al lado y le dijimos que queríamos montar allí un pub, ya que lo que allí había no funcionaba muy bien. Hablamos con Paco Molina y llegamos a un acuerdo y fue cuando montamos el ‘Resaka’. Más tarde, Juan Pablo se salió de la sociedad y yo seguí adelante llegando el verano y metiéndome en la terraza ‘2CV’ y la Caseta del PGB en feria. Con el pub ‘Resaka’ llegamos a estar seis años, con la Caseta PGB estuvimos hasta el 2006 y el ‘2CV’ por desgracia tuvimos un accidente con una persona que murió en la piscina que había y decidimos cerrar la terraza”.
Muchas son las diferencias entre la noche antequerana de antes y la de ahora: “La noche en aquel entonces era totalmente distinta a la de ahora. En la actualidad ha caído mucho porque hay muchos más controles con el tema del alcohol. Además, en aquel tiempo la gente disponía de más dinero que ahora… Hoy la juventud no es como la que había antiguamente. Antes había una juventud mucho más sana que ahora y no había la cantidad de drogas que ahora se mueven. Antes la gente no salía tan tarde a la calle, no había móviles, internet ni redes sociales… Cuando te quería relacionar con la gente era en el bar donde quedabas…”.
Las fiestas de aquellos dorados años
En aquellos tiempos las fiestas se sucedían y la marcha no paraba: “En los pubs hacíamos muchas fiestas, siempre teníamos fiestas donde colaborábamos con la Inmaculada, los institutos, La Salle, mucha gente. Luego también, fiestas que nosotros mismos nos inventábamos, aprovechábamos sobre todo carnavales, Semana Santa… siempre había algo. La gente participaba mucho más que ahora. Hoy la gente se abre mucho más fuera de Antequera porque esto está un poco limitado. Aquí veo que el tema de la noche no se apoya mucho… no hay discotecas, en aquel entonces había dos o tres discotecas que atraía a mucha gente de los pueblos, y ahora esa gente también se va fuera”.
Lo especial de antes en Antequera
Antequera tenía algo especial entonces y según Pedro era: “La gente. Yo conozco gente de mi quinta que se movía y participaba de cualquier historia. Me acuerdo hasta de haber participado en las gymkanas de Copachinos o lo que se montaba en las ferias en la Alameda, las barras que había fuera… todo eso se ha perdido”.
En cuanto a las ferias ‘Zanahorio’ nos explica: “Han perdido un montón. En el llano de albero en el antiguo campo de fútbol, quizá era porque estaba más cerca del Paseo y por ellos tenía más ambiente, pero el llevarse la feria allí abajo, está muy bien, pero todo ha ido mermando poco a poco”.
Tan solo esperamos que algún día volvamos a esos viejos tiempos, y que como ‘Zanahorio’ dice: “Poco a poco se darán cuenta de que siempre lo bueno vuelve”.
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