Un 3 de febrero de 1918 vino al mundo. Un siglo después, sigue conservando el mismo humor que ha mantenido casi toda su vida. “Esto es una broma”, nos cuenta entre risas cuando recordamos que ya tiene 100 años.
Y no unos 100 años cualquiera: se encuentra bien, apenas va al médico, está delgada, se cuida, va a la peluquería, ¡y ni siquiera usa gafas!
Merienda familiar en ‘La Antequerana’
Para conmemorar esta efeméride tan especial, su familia le preparó el mismo 3 de febrero una merienda de celebración en la cafetería de “La Antequerana”, donde pudo compartir una bonita tarde junto a sus más allegados y en nuestra ciudad, a la que le une una gran vinculación, puesto que parte de su familia vive aquí, como sus hermanas, que son apodadas “Las Rufas”.
“El secreto no lo sé, yo estoy muy bien, no me duele nada, ni tengo enfermedad ninguna”, nos cuenta Socorro, que tras haber vivido en nuestra ciudad y en Sevilla (con su hija, que falleció), ahora está cerca de su hijo (que se jubiló hace un año), en Torremolinos. Eso sí, nos confiesa que “la única pena que tengo es que se me murió una hija, que es la única niña que tenía y esa es la pena que tengo”.
Cien años de vida no son pocos, ¡nos va a sobrevivir a todos!, por ello, la pregunta clave es: ¿Cuál es el truco, que hay que hacer para llegar a esa edad? Socorro Sánchez nos confiesa que “no sé lo que hay que hacer, solo sé que lo único que he hecho ha sido trabajar en mi casa, bregar con muchos hermanos, éramos 9 niñas y 3 varones en la casa. Siempre he hecho eso y hacer las cosas de casa”.
En cuanto a alimentación: ‘Como de todo’
Hasta tal punto su estado de salud es envidiable, que su propia familia nos cuenta que la dentadura que utiliza es la original y que apenas toma dos pastillas al día, sobre todo para controlar la tensión.
Y, ¿en cuánto a la alimentación? Para ella, hay que seguir las pautas que cualquier especialista nos da: variedad. “En cuanto a la alimentación como de todo, no soy delicada para comer, todo me gusta”, advierte la centenaria Socorro.