jueves 21 noviembre 2024
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Una mañana en el Colegio de La Victoria de Antequera, la Casa de Madre Carmen

Siempre es distinto entrar en el Colegio de La Victoria de Antequera. Lo fue hace 25 años cuando se cumplía el centenario de su muerte con la antigua capilla y aquella urna de los restos de la religiosa. Lo es hoy, 25 años después, en el 125 aniversario.

La Victoria ofrece ese sentimiento de estar más cerca de Madre Carmen. Una mujer antequerana de finales del siglo XIX que quiso dar un paso adelante y darle a la Iglesia una congregación que se acercara a las personas mayores y los niños. Dos siglos después, la necesidad sigue presente, pero ya sabemos en qué centrar nuestros esfuerzos. No lo podremos solucionar, pero sí recorrer ese pasaje de la historia de nuestra fe que es La Victoria.

Llegar a la puerta principal, como si es la del colegio o el resto de puertas, es saber que llamarás y te abrirán. Un cartel te informa del horario, pero allí saben que si estás ahí es porque necesitas entrar. Te abren con una sonrisa y no tienen que preguntarte a lo que vas. ¡Te aguarda el camino a la Capilla!

Entras a su interior y un gran patio de naranjos cobija la fusión del convento con las aulas de las clases del colegio. No hay indicación alguna, pero el corazón te guía a su capilla. Allí una gran lápida recoge la vida de la sierva de Dios. Ves la puerta, cerrada o abierta, pero aún no te atreves a entrar. Primero paras, piensas en tu agradecimiento y súplica y coges una estampa antes de entrar. Y lo haces, estás dentro y aunque el Santísimo no está, el ambiente de santidad está presente porque ella es capaz de hacer presente a Jesús. Un relieve asoma por la pared y los bancos te invitan a sentarte. Empiezas la oración sin orden, el diálogo con la Beata. Ella sabrá cómo hacerle llegar tu conversación al Señor…

Las historias de una devoción
No estás solo, siempre hay alguien: una madre que ha dejado a sus hijos, el abuelo que pide por los suyos, la religiosa que mira si todo está en orden, la alumna que pide por su madre. Y de repente, escuchas el murmullo de una clase que se aproxima. Te despides de ella y el discurrir que se acerca es el de una clase que canta a Madre Carmen: “Tú, Madre Carmen, buscando siempre la verdad…”.

Es cuando te preguntas qué hacemos al salir de los colegios para cambiar tanto. ¿Se imaginan que siguiéramos con esa inocencia y sinceridad de cuando eres niño? Será la asignatura de los que están llamados a ser el futuro.

Dejas a los pequeños y van llegando los primeros testimonios de esos devotos que has ido a buscar para estas páginas en el fin de semana del 125 aniversario. ¡Qué testimonios! Son diferentes formas de sentir que Madre Carmen está en nuestras vidas y que todas ellas quieren hacer públicas. Nos quedamos con muchos gestos y vivencias que guardan en sus corazones. Y es cuando entiendes cada vez mejor lo de… ¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!

Testimonios de la Beata Madre Carmen

Elvira Cervera Escalona: “Madre Carmen es, fue
y será, un instrumento para acercarnos a Dios”

Farmacéutica que tiene relación con Madre Carmen que “entra en nuestras vidas a través de nuestras hijas, porque han tenido la inmensa suerte de haber entrado aquí, en este colegio”. Familia muy religiosa considera que “Madre Carmen es, fue y será, un instrumento para acercarnos a Dios”.

Para un cristiano, su camino a la santidad supone: “El ejemplo de una mujer tan fuerte que luchó en un matrimonio difícil”. Y luego, trabajó “por acercar tanto la educación como la cultura a las niñas que probablemente no hubieran podido tener acceso a ellas”. Su huella la ve “en la labor de todas las hermanas, del profesorado, con esa sencillez y esa ilusión con las que están formando a nuestros hijos”.

María José Arjona: “Es un ejemplo de mujer resilente
que es capaz de dar el todo el amor que tenía”

Periodista y profesora, tiene su devoción por su abuela, tía y madre. La define como un “ejemplo de mujer resiliente que es capaz de ayudar a otras mujeres y dar todo el amor que tenía a los niños, creando una congregación que, muchísimos años después, sigue existiendo y que hace esa labor tan importante que es educar”.

Considera que Madre Carmen es un ejemplo de vida e “intentar ayudar a otras personas, aunque ni siquiera te lo pidan, pero por la forma de cómo lo ves, sabes que tiene algún problema. Entonces, creo que ser cristiano es una forma de vida y tendríamos que hacerlo”.

Reme Tortosa García: la sobrina del hombre
que curó sus ojos gracias a Madre Carmen

Su familia tiene en Madre Carmen su eje del día a día. “Mi abuela nos habló mucho de Madre Carmen”. Ahora, tanto “mi hijo como yo siempre llevamos a Madre Carmen con nosotros. Venir a la capilla, hablarle, contarle mis problemas y salir ha sido como volver con muchísima más fuerza a la vida cotidiana”.

Su tío Ramón es uno de los devotos que le agradecen su curación divina. “Tenía una enfermedad en el ojo por la que la luz del sol le molestaba. Mi abuela lo llevó al médico, salió y se fue a la Capilla de Madre Carmen. Luego, en su casa, le puso su medallita y se fue a la cocina. Cuando llegó mi abuelo, le preguntó qué medicina le había puesto. Ninguna aún, le respondió, porque estaba cerrada la farmacia; le dijo que le puso su medallita, y cuando mi abuela regresó, el niño tenía los ojos completamente limpios”.

María Sierras Pozo: “Madre Carmen me ha inspirado
a lo largo de los años a seguir con mis estudios”

Muchos jóvenes tienen a Madre Carmen como su guía en los estudios. Es el caso de María Sierras Pozo, que cursa Tercero de ESO en el Colegio de Nuestra Señora de la Victoria: “Pues a mí Madre Carmen me ha ido inspirando a lo largo de los años a seguir con mis estudios, a practicar más las asignaturas que más me cuestan, a estudiar en mi casa”.
Por ejemplo, “Matemáticas es uno de mis fuertes y poco a poco, gracias a la ayuda de Madre Carmen, he estado inspirada en seguir adelante con esa asignatura”. La religión como ayuda a los jóvenes estudiantes para esforzarse y seguir hacia adelante.

Meson Coso Viejo

Eva Díez de los Ríos: “Madre Carmen es una amiga de Jesús
y está siempre ahí intercediendo por nosotros”

Empezó como alumna y hoy es Profesora en el Colegio de Nuestra Señora de la Victoria, por lo que “Madre Carmen siempre ha estado presente en mi vida”. Comparte en cómo fue creciendo y conociendo su vida. Ir a la Capilla era superar sus miedos.

Ahora, “puedo transmitirle a mis alumnos ese cariño por Madre Carmen”. Para ella “era una mujer valiente, de su tiempo, que reza y confía siempre en el Señor”. A sus alumnos les pide que “acudan a Madre Carmen porque es una amiga de Jesús y está siempre ahí intercediendo por nosotros”. Aconseja en que no dejen “de pedirle, de acudir a su capilla y de insistirle porque ella es amiga de Jesús y va a conseguir para nosotros aquello que de verdad necesitemos”.

Antonio José Curiel Tortosa: “Espero que seamos
conscientes del regalo que ella nos ha hecho”

Estudiante que fue en la Inmaculada, destaca el papel de la Beata en su vida: “Me siento cristiano y tengo fe gracias a ella, a su obra y a sus hermanas. Ya que yo he sentido, me han inculcado esto desde pequeño, tanto en mi casa como en la Inmaculada”.
Destaca que “es un ejemplo para toda la ciudad de Antequera con ese gran sí al amor que dio. Espero que seamos conscientes del regalo que ella nos ha hecho a la ciudad”. Concluye comparando: “Como Carlos Acuti decía que para él la Eucaristía era su autopista hacia el cielo, pues para mí, Madre Carmen, es mi autopista hacia la Eucaristía”.

Paquita González Arjona, sucesora de Madre Carmen:
“Esperamos que ese día llegue pronto”

Su bisabuelo era el hermano más pequeño de Madre Carmen, Salvador González García. “Se llamaba igual que el padre de Madre Carmen. Fueron tres generaciones con el mismo apellido, al igual que mi abuelo también”. Hay mucha familia de la religiosa, “lo que pasa es que los apellidos que siguen de González somos nosotros”, al proceder se su hermano varón, ya que “las demás hermanas mujeres, y el apellido González se ha ido perdiendo”.

Como todo devoto, deseando que llegue el día que el Vaticano la reconozca como santa. “Esperamos que ese día llegue pronto”. Es el testimonio de Paquita, mujer muy conocida al frente de Pedro González, joyería-platería artesanal que mantiene ya una nueva generación, con sus hijos José Pedro y Blanca, como ella mantuvo junto a su marido José María Alarcón, ya jubilado.

Ángel Mellado Muñoz, uno de los pequeños
del colegio de la Casa Madre de las franciscanas

Las dos aulas de Primero de Infantil de Nuestra Señora de La Victoria, como las del resto de colegios de las franciscanas, tienen en su interior a los más pequeños. Ahí, Ángel Muñoz es uno de los alumnos que empieza a conocer a Madre Carmen en su interior desde el primer paso.

Ángel llamó la atención de las religiosas y profesores cuando se paraba ante ellos y mostraba lo que significaba el escudo de la casa que fundó Madre Carmen. Con 3 y 4 años, ya conocen a la religiosa antequerana, compartiendo lo que les gusta ir a su “cole” y aprender con sus asignaturas y seguir con los valores religiosos que sus padres han querido inculcarles.

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