Continuamos analizando la relación entre el ciclismo masculino y la disfunción eréctil y síndrome del atrapamiento del nervio pudendo.
Se piensa que la disfunción eréctil es el resultado del atrapamiento nervioso y oclusión vascular del nervio pudendo y las arterias principales, debido a una compresión y presión continua.
De igual modo, se han encontrado incidencias del 50 al 91 por ciento de adormecimiento del área genital y de disfunción eréctil del 13 al 24 por ciento, así como otras condiciones menos frecuentes como priapismo, trombosis del pene, infertilidad, hematuria, torsión del cordón espermático y prostatitis. Además, se ha demostrado una afectación en la tumescencia nocturna del pene a causa del ciclismo.
Por consiguiente, el tipo de asiento se tiene que escoger según el estilo de conducción del ciclista.
En una posición más verticalizada es recomendable un sillín con la parte posterior más ancha, y en una postura de inclinación anterior es preferible un sillín más estrecho. Además, se ha observado que el diseño del sillín y la posición del ciclista afectan a la oxigenación del pene, ya que con el uso de un asiento ancho hay un 50 por ciento de mejor oxigenación que con uno estrecho. Así mismo, montar en bicicleta en una posición de 90 grados resultó en un 40 por ciento mejor oxigenación del pene, que ir en una posición de 60 grados en distintos tipos de asiento.
Por otro lado, los ciclistas de largas distancias podrían ser capaces de disminuir el riesgo de disfunción eréctil yendo en bicicleta de carrera en vez de montaña, teniendo el manillar más bajo que el sillín y utilizando un asiento sin recortar si han notado entumecimiento. Del mismo modo, se recomienda cambiar el sillín si tiene una extensión puntiaguda en la parte delantera por uno que no lo tenga, el material del asiento (gel), inclinar el sillín hacia abajo y tener una postura más verticalizada.
No obstante, se ha observado una adaptación a los síntomas con el paso del tiempo, ya que a mayor número de años de experiencia en ciclismo, menor frecuencia de adormecimiento del área perineal.
En todo caso, medidas preventivas como una buena adaptación de la bicicleta –tener el manillar más bajo que el sillín–, el estilo de conducción –mejor con una postura más verticalizada–, un correcto diseño del asiento –sillín de gel, sin extensión puntiaguda en la parte delantera y sin recortar, si han notado entumecimiento– con una posición idónea –inclinado hacia anterior– y hacer paradas; pueden ayudar a prevenir las patologías del suelo pélvico en el ciclismo.