Proseguimos esta semana tratando la plagiocefalia, la alteración que afecta a la forma de la cabeza en el recién nacido.
Qué se puede hacer
En la actualidad, se considera importante, a modo de prevención para todos los recién nacidos y con fines correctivos en los casos seleccionados, efectuar una estimulación adecuada del pequeño cuando está despierto, para hacerle adoptar posiciones distintas. Te ofrecemos los consejos de los especialistas en psicomotricidad infantil y fisioterapeutas.
Cuando el bebé está en la hamaquita o en el cambiador, es conveniente que nos desplacemos y le dirijamos algunas palabras. De esta manera, conseguimos establecer un contacto visual con él, favorecido por el tono de la voz. Alrededor de los dos o tres meses, esta costumbre le motivará a seguir a los papás con la mirada, y también le hará mover los músculos del cuello cuando gire la cabeza, en el momento en que los papás se alejen de su campo visual.
Puede ser útil colocar al pequeño en el suelo, boca abajo, sobre una manta suave y gruesa, poniéndole una toalla enrollada por debajo de las axilas, para ayudarle a elevar la parte superior del tronco. En esta posición, se le puede estimular gradualmente para elevar y girar los hombros y el cuello ligeramente, utilizando juguetes de colores, por ejemplo. Con esta posición, se estimula, por tanto, el cuello y el gateo.
Además, en posición supina (boca arriba), se pueden realizar algunos ejercicios sencillos. Basta con realizar unos movimientos suaves con un brazo y, después con el otro, procurando que giren alrededor de los hombros. Asimismo, sosteniéndole la pantorrilla con delicadeza, se le puede elevar la rodilla y girar al niño con cuidado hacia el lado de la pierna extendida, para hacerle experimentar la posición lateral –primero, hacia un lado, y después, hacia el otro–.
Resumiendo, el bebé debe estar boca arriba para dormir, alternando el descanso de la cabeza hacia uno y otro lado. Y, cuando esté despierto, debemos estimularle con actividades que le permitan pasar más tiempo boca abajo, sobre su barriguita, siempre bajo nuestra atenta supervisión.
Con la fisioterapia y la osteopatía podemos ayudar a moldear la cabecita de nuestro bebé para un óptimo desarrollo. Esos huesesitos del cráneo son maleables y moldeables hasta que se produzca la osificación de los distintos huesos del cráneo en torno a la finalización de la infancia-adolescencia dependiendo del hueso en cuestión.