El lunes 13 de enero a los 94 años, fallecía doña Julia Díaz Rodríguez, todo un referente en la ciudad al ser la matriarca de la familia Mejías-Díaz, viuda del recordado don Román Mejías Páez. Unos apellidos muy vinculados al Comercio, a las Cofradías y al día a día de la ciudad.
En unos tiempos donde se complica la estructura de las familias, sentir lo que se percibió en su despedida, muestra que hay esperanza en ellas y lo que una madre puede llegar a unir. Llevaban tiempo sabiendo que su edad languidecía, pero su fortaleza podía con todo. Sentir a toda su familia cerca, era su fuerza por seguir viva. Pero le llegó el momento de despedirse, de partir en busca de su marido y de cuidar desde arriba, pero sin los sufrimientos y padecimientos que la edad atesoran.
Emocionaron sus hijos cuando se unieron todos en una, como hijos de doña Julia: “Román, África, Julia, Santi, Bela, Adriana y Juande”. Ahí no hay apellidos que separen el hijo del hijo político, todos la sentían como madre de sangre y afecto. Y junto a ellos, sus nietos: Román, Lala, Cristian, Maribel y Santi.
La despedida el martes en San Sebastián, fue un nuevo canto de amor a una mujer y a la familia, como bien compartió el carmelita Antonio Jiménez. Emoción al dar las gracias su familia, entre ellos su hijo mayor Román y las alusiones a San Agustín en estos momentos.
Así, con el “No llores si me amas” se despidieron con su último camino en la tierra, al son de ‘piteros’ que la llevan a la marisma del Rocío, camino del Cielo, donde doña Julia encuentra la Paz tras 94 años con nosotros. Que ella siga uniendo a los suyos, en los buenos y no tan buenos momentos y que ellos siempre atesoren lo que es sentir el cariño de una madre como la que siguen teniendo.
