‘Gru, mi villano favorito 3’ es una película apropiada para el público al que se dirige: los niños lo pasarán bien y los adultos disfrutarán sacándole punta al rollo hortera de los años ochenta gracias al niño prodigio Balthazar Bratt reconvertido de adulto en el villano por el que era aclamado por la audiencia en la televisión.
Illumination Entertainment sigue apostando por una franquicia que tiene visos de ser muy rentable de cara a su estreno en pleno verano. Con Dru han intentado insuflarle nueva vida pero hay cierta indeterminación en el enfoque del personaje, que por una parte es la antítesis de Gru pero por otra no tiene una motivación clara que lo impulse en sus acciones. Puro entretenimiento con mucho color y pinceladas de ternura (la aventura de Agnes y el “unicornio” es una delicia).
A Gru lo han despedido. Se ha quedado sin trabajo porque ha dejado escapar al supervillano Balthazar Bratt. Bratt fue una estrella infantil de los años 80 protagonista de una serie donde interpretaba a una mente mente criminal que utilizaba una combinación entre técnicas de baile hip-hop, artes marciales y armas de alta tecnología. Pero, con la llegada de la pubertad lo perdió todo y ha estado creando el caos en todo el planeta.
Claro que ahora, Gru se enfrenta a otros problemas. Y es que va a conocer a su hermano gemelo Dru, un multimillonario igualito que él, pero con pelo largo y rubio que viste de blanco. Dru es excéntrico y extrovertido y Gru, aunque con sentido del humor, sigue siendo un cascarrabias. Además, ahora Gru tendrá que decidir si está listo para continuar la tradición familiar de dedicarse al crimen, y unirse a su hermano para llevar a cabo un último golpe. Aunque ha dejado esa vida atrás… ¿volverá a convertirse Gru en un villano?
Películas todas en formato digital.
Precio de la entrada: 6,50 euros. Los sábados, domingos, vísperas y festivos.
Lunes, jueves y viernes (excepto películas Warner): 5,50 euros.
Día del espectador: 4 euros (excepto películas Warner).
Esta programación puede estar sujeta a cambios.
