El hombre primitivo, tras entrar por la costa malagueña se encontraba montañas y más montañas hasta que, llegando a la hoy conocida como Cuesta del Romeral, fijaba, en la vasta llanura antequerana, abundantísima de agua, caza y arboledas, su residencia estable, dando origen luego a los monumentos megalíticos mejor conservados de la Vieja Europa. Uno y otros se fijaron por su emplazamiento uniendo los caminos que conducen de Madrid y Córdoba a Málaga, de Sevilla a Granada. Hasta tal punto que ya en la época del Imperio Romano, el “milliarium aureum” (jalón de oro, kilómetro cero) de la Bética, se encontraba en Antequera, donde pasaba la Vía Domiciana Augusta, por la que “Anticaria” (nombre de Antequera en la época romana) era el paso obligado para todas las provincias de Hispania.
Antequera, en el punto kilométrico ‘cero’ de Andalucía
El hombre primitivo, tras entrar por la costa malagueña se encontraba montañas y más montañas hasta que, llegando a la hoy conocida como Cuesta del Romeral, fijaba, en la vasta llanura antequerana, abundantísima de agua, caza y arboledas, su residencia estable, dando origen luego a los monumentos megalíticos mejor conservados de la Vieja Europa. Uno y otros se fijaron por su emplazamiento uniendo los caminos que conducen de Madrid y Córdoba a Málaga, de Sevilla a Granada. Hasta tal punto que ya en la época del Imperio Romano, el “milliarium aureum” (jalón de oro, kilómetro cero) de la Bética, se encontraba en Antequera, donde pasaba la Vía Domiciana Augusta, por la que “Anticaria” (nombre de Antequera en la época romana) era el paso obligado para todas las provincias de Hispania.