Nuestro repaso por el centro de Antequera y el paseo que nos lleva a conocerla en profundidad nos sitúa en la calle La Laguna. Como mencionábamos semanas atrás, este tramo que une las vías de Cantareros y Merecillas, fue un tiempo una prolongación más de calle La Tercia, llamándose entonces como La Tercia Alta. Pero fue sólo unos años, porque su nombre viene de bien lejos, como afirma Juan Manuel Moreno.
En el siglo XVI las familias de linaje que vivían en las altas y viejas tenerías del Carmen bajan a esta zona, entre ellas, los Álvarez y Laguna, terminándose por establecer en este territorio, llegando a darse ese nombre de la Laguna gracias al linaje del curtidor Pedro Martín Laguna.
Pero es que hasta esta calle llegaba el ahora, muy presente, Convento de Madre de Dios, que se extendía desde su iglesia en Lucena-Cantareros. En esta parte del convento, las monjas tenían sus huertos, zona que posteriormente irían vendiendo a particulares, según sus necesidades.
La calle ha ido avanzando con el tiempo, pasando por ella distintos momentos y etapas como fue el establecimiento en ella del Hospicio de los Padres de la Magdalena para atender a los indigentes, así como distintas familias que fueron estableciendo en este lugar, hasta llegar a 1841, que fue empedrada y enlosada tras petición del Ayuntamiento.
Su nombre se mantuvo, a pesar de que en 1915 estuvo a punto de cambiarse por calle de Calvo Plaza, músico y poeta granadino que fue nombrado Hijo Adoptivo de Antequera y al que el Ayuntamiento aprobó darle su nombre a esta calle. Finalmente, tras no hacerse efectivo, dispusieron para la familia de un nicho en perpetuidad para sus restos.
Sus casas palaciegas se han mantenido en el tiempo, uniéndose en ella dos importantes a destacar, ambas en la acera izquierda comenzando por Cantareros, lugar en el que se inicia la numeración de los solares construidos.
La primera de ellas, es la Casa de los Condes de Colchado, que si bien se sitúa su entrada por calle Cantereros, ocupa gran parte de Laguna, con sus amplios ventanales y balcones y su bajo comercial. Le sigue un edificio ocupado en su mayor parte, por distintas oficinas y despachos, entre ellos Bufete Carmona y Femar Asesores.
Casa de Sarrailler, sede de Hacienda
Nuestro paseo por la calle actual nos lleva a levantar la vista y centrarnos en la Casa de los Sarrailler, que sigue en esta acera, imponente con el sello muy presente de Aníbal González, arquitecto que realizó la Plaza de España de Sevilla. Esta parte de la calle la cubre de belleza con esta casa que actualmente es la sede de Hacienda en Antequera desde el año 2004, un espacio que es muy visitado por los ciudadanos y comarcanos, a la vez que sirve de referencia para situarse en caso de no encontrar lo que se busca. Hace unos meses, precisamente, se ha estado procediendo a distintas mejoras en su cimentación.
Prosigue la acera con un bloque de pisos que continúa hasta Merecillas, teniendo en sus bajos el Bar Recuerdos y las oficinas de Actividades de Construcción de Málaga y Dolores Lara.
Nuestro paso por la calle tampoco puede ser indiferente a la acera izquierda. En el número 2 estuvo una gran casa, industria que siempre queda en el recuerdo, La Gloria, sus dulces antequeranos y reuniones de Miércoles Santo siguen muy presentes en el recuerdo. Ahora, acoge la Clínica del Doctor Arrabal, para continuar con la casa de Moreno Laude, así como otras más, junto con un bloque de pisos, algunos locales vacíos y terminar en la esquina, con una actual prolongación de la cafetería de La Antequerana.
Una calle de numeroso tránsito, reformada, uniéndose al aspecto que posteriormente se ha ofrecido a las vías colindantes de calle Merecillas y Cantareros, donde el peatón prima, sin pivotes y sin aceras como tal.
