viernes 22 noviembre 2024
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Los Dólmenes de Antequera: las primeras construcciones del hombre en torno al sol

Dentro del conjunto de maravillas que atesora España, y suponiendo que establezcamos algún orden entre ellas, algunas tienen que ocupar los primeros lugares… Entre ellas han de figurar, por méritos propios, Los Dólmenes de Antequera, que están en fase final de ser reconocidos por la UNESCO, y darles el calificativo que se merecen como Patrimonio Mundial de la Humanidad, algo que ya lo son desde que se construyeron. Desde 1982, y a instancias del propio director general de la Unesco Amadou Mathar M´Bow, Antequera sueña con la Declaración de los Dólmenes como Patrimonio Mundial que está por llegar en el próximo 2016. 

Pues bien; España ha presentado la candidatura del “Sitio de Los Dólmenes de Antequera”, formada por Los Dólmenes de Antequera, la Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera, para ser declarados por la Unesco como Patrimonio Mundial en 2016. El Consejo de Patrimonio Histórico aprobó por unanimidad la única candidatura presentada el 28 de marzo de 2014 en Plasencia, por parte del consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso; el alcalde de Antequera, Manuel Barón; y el máximo responsable de Los Dólmenes, Bartolomé Ruiz.
 

Tras ello, el Ministerio de Cultura recibió el lunes 19 de enero de 2015 toda la documentación, a presentar por el embajador de España en la Unesco, con sede en París, para que empiece a ser evaluado y considerado para la primavera de 2016. Al fin se valorará la singularidad del más importante conjunto dolménico del mundo. Pero no irá sola. Dicha declaración incluiría, junto a los Dólmenes, al Torcal de Antequera y a La Peña de Los Enamorados, como incomparables singularidades naturales que poseen vestigios prehistóricos. Si partimos de la base de que en España es frecuente encontrarse con restos arqueológicos dispersos, le invitamos a que conozca Los Dólmenes de Antequera y verá que no hay ningunos tan bien conservados, tan cuidados y perfectos como éstos que evidencian el esfuerzo que se lleva a cabo en los últimos años, así como los avances en sus investigaciones a cargo de prestigiosos catedráticos y especialistas. 

Al visitar el recinto de vez en cuando, comprendemos que se está haciendo algo grande; que si fueron jalones en la historia de las investigaciones los trabajos de Mitjana en los años 30 del siglo XIX y en los 40 del XX los de Giménez Reyna, sumamente importantes, por razones obvias como los nuevos avances técnicos, son los que se llevan a cabo ahora mismo por los eruditos antes mencionados. 

Cómo se hicieron Los Dólmenes. Menga despertó desde el tiempo de los romanos, lo de la Edad Media, los de las visitas de Doré y otros viajeros, que se encontraron con ella y las ya citadas de Mitjana, para quien se trataba de un templo “druida” de una fantástica civilización que se aposentó en Andalucía… Lo que sí aseguramos es que el hombre primitivo, queriéndolo o sin quererlo, nos dejó una serie de mensajes, de testigos para la posteridad que ahora nos ayudan a conocer más y mejor cuál fue nuestro pasado, de dónde parte la importancia de Antequera. 

  

Contemplando Los Dólmenes de Antequera, y teniendo en cuenta que tienen casi 5.000 años de antigüedad, lo primero que uno se pregunta es cómo lo hicieron. Se explica adecuadamente, con proyecciones espectaculares, imágenes y maquetas. Sí podemos adelantar, que los “megalitos” o grandes piedras con que se formaron, proceden de una cantera situada a un kilómetro aproximadamente de Menga. 

En esa cantera de arenisca, el hombre primitivo aprovechaba hendiduras para clavar en la roca estacas de madera seca que, hinchadas por el agua, provocaban grietas aún mayores hasta producir el desgaje de cada gran piedra que, tras ser toscamente pulimentada, era llevada al lugar elegido cuidadosamente, alineado con la salida del sol tras la Peña de Los Enamorados, otra maravilla natural antequerana que le sorprenderá, tras colocarla encima de troncos arrastrados por una multitud de hombres, hasta situarlos al pie de las hendiduras abiertas en el suelo sobre los que volcaba cada gran piedra. Una vez dispuestos –se dice pronto, pero pensemos un poco en el esfuerzo que supondría mover bloques de hasta 180 toneladas-–, se cubrían todas las grandes piedras laterales con un montículo artificial de tierra, para colocar las piedras que sirven de “techo”. Una vez descansaban éstas, con precisión asombrosa, sobre las laterales, se procedía a vaciar el interior, quedando formado el dolmen. Finalmente se cubría con un montículo de tierra. 

Si esta asombrosa técnica, que revela un avance en la arquitectura y tecnología prehistóricas sin precedentes en Occidente, es aplicable a Menga y Viera, en el Dolmen del Romeral, algo más reciente, se encuentra el visitante con algo asombroso: la primera cúpula –en realidad “falsa cúpula”– conocida en Europa. 

El responsable de la UNESCO, Amadou Mathar M`Bow, lloró literalmente de emoción al comprobar en él “que el hombre primitivo andaluz, además de buscar lo práctico, empieza a buscar la belleza”, coincidiendo con quienes habían calificado este dolmen con algo comparable al Tesoro de Atreo en Micenas, llamándolo Partenón de la Antigüedad. 

En el Dolmen de El Romeral, colocadas las piedras laterales, la gran nave central se cubre con una bóveda semiesférica, colocando capas circulares de piedras, que iban disminuyendo su diámetro a medida que crecía la cúpula creada por el hombre. 

Hoy ya se puede contemplar el inicio del mayor Centro de la Prehistoria de Andalucía, con el proyecto de grandes espacios museísticos, aulas formativas, salas de proyecciones y reuniones, para visitar y comprender o conocer, su importancia exacta, no ya para la Prehistoria de Antequera, sino de toda Andalucía. 

Una de las piezas más relevantes de este museo será la Venus del Torcal, estudiada por el profesor Dimas Martín, perteneciente a la Universidad de La Laguna. Se encontró esta figura en la Cueva del Toro, situada en El Torcal de Antequera. Data del VI milenio antes de Cristo, “una pieza que tiene carácter religioso, ideológico, pero transportable, que es lo que corresponde a una sociedad ganadera como es la que habita en El Torcal”. 

Venus “porque de acuerdo a su estructura se asocia con el modelo, a las características del modelo de representación femenina en otros ámbitos”. Y su relación a la figura del Tornillo: “Porque tiene toda una serie de entrantes y salientes, de irregularidades, marcando pequeños elementos de flotación que en este caso se ha asociado básicamente con “El Tornillo”. De pequeñas dimensiones: “Tiene 4,8 centímetros y es lo lógico para un elemento móvil, igual a los elementos ideológicos que nosotros portamos cuando nos vemos… una cruz, una imagen de una Virgen, de un santo…”.

Para terminar, apuntar que hay ya actividades con talleres prehistóricos para colegios y actividades astronómicas o poder presenciar el equinoccio y comprobar cómo los primeros rayos entran dentro de los monumentos megalíticos, así como la experiencia “Luz de Luna” en la noches de verano. Sin duda, el hombre dejó huella en Antequera, nada más empezar las civilizaciones.
 
 
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