Emotivo acto el sábado 21 de junio a mediodía en el Dolmen de Menga de Antequera, en el que, a título póstumo, ingresaba en la Real Academia el profesor Juan Ignacio Sánchez-Cuenca López, investigador de temas relacionados con el Dolmen de Menga en el siglo XIX, recopilados en su fabuloso tratado “Menga en el siglo XIX, El más bello y perfecto de los dólmenes conocidos”.
Este ingreso tenía fijada fecha en mayo pasado, pero Sánchez-Cuenca falleció en marzo, decidiendo la Real Academia, ofrecer los atributos de Académico a la familia del extraordinario investigador, que dedicó tantos años a temas relacionados con Menga. En su nombre, leyó el discurso de ingreso su hijo Ignacio, sobre “Antequera en los tiempos remotos”, un tesoro de datos desconocidos, grabados y portadas de libros nacionales y extranjeros, con relación de los historiadores e investigadores, en torno al Dolmen de Menga y la Antequera de esa época. Fue una lectura siempre amena e interesante que valió al lector y a su padre una clamorosa ovación en el marco incomparable del propio Dolmen, pasión del profesor Sánchez-Cuenca.
Leyó la “laudatio”, en nombre de la Academia el académico numerario, José Beltrán Fortes, que ensalzó la figura y el trabajo del profesor Sánchez Cuenca. Tras las palabras del director Bartolomé Ruiz, agradeciendo la presencia de tantas personalidades, procedió a la entrega de la Medalla, título y distintivos a los hijos del profesor. El violinista Jesús Berrio cerró el acto con la brillante interpretación de música de Bach. Momento inenarrable la audición del violín y piezas favoritas del llorado profesor, quizá la primera vez que nuestro Dolmen se convierte en auditorio.
