viernes 22 noviembre 2024
InicioOpiniones¿A dónde vas? ¡A la Feria!

¿A dónde vas? ¡A la Feria!

Sí, así solemos responder, con alegría, con entusiasmo, con ilusión… ¡Vamos a la Feria!  Ir a la Feria es vivir episodios evocadores de nuestra infancia, de nuestra juventud. O por el contrario si se trata de los más jóvenes es disfrutar de una oportunidad novedosa con respecto al quehacer veraniego, o sencillamente tener la oportunidad de transgredir lo cotidiano.  

Ken Follett, en su extensa novela “Los Pilares de la Tierra”, nos da una visión acerca de cuales fueron los primeros motivos para la celebración de las Ferias. En ésta ocasión la finalidad recaudatoria de la misma, pretendía que fuere la construcción de una Catedral. Hoy, casetas de feriantes, donde podremos encontrarnos con trozos de frescas frutas, turrones, almendras garrapiñadas, dulces nubes de atractivos colores, manzanas caramelizadas, etcétera. Todo ello ofrecido por feriantes con sonrisas dibujadas en sus rostros, ajenos a los problemas que les acucian a participar en las mismas. 

Casetas de Cofradías y Asociaciones, que con ofertas y precios… de Feria, nos invitan a degustar una gran variedad de menús y bebidas refrescantes. Las propias celebraciones de eventos públicos como el espectáculo de corridas de toros, actuaciones de artistas de la música y la copla, (personalmente, en Antequera, hecho de menos algo más de farándula). Todos ellos como digo, buscan el ingreso oportuno que les lleve a poder disponer de un remanente que les posibilite la adquisición de las viandas necesarias para seguir subsistiendo.

Pero todos, feriantes y asistentes a la Feria, tienen a mi parecer un denominador común, todos han de realizar un esfuerzo extra. Han de poner una corona más grande en sus desarrollos para conseguir seguir pedaleando, cuando la pendiente a superar se nos pone más cuesta arriba.

Pero esto es así, el conseguir algo de felicidad mismamente, nos va a exigir un esfuerzo extra. Vivimos en una sociedad en la cual se nos vende, o asocia la felicidad con la comodidad, con la inactividad, con el… no me moleste que estoy estresado. Y a la hora de ponernos en marcha hacia la Feria, vamos a necesitar un esfuerzo extra.

Un esfuerzo físico, porque el verano invita a la siesta, no menos esfuerzo necesitan Ellas… que si la peluquería, las tareas domésticas que no permiten vacaciones, el vestido, buscar el calzado adecuado y su uso, maquillaje. Todo aquello que signifique el salir de la cotidianeidad nos va a exigir un esfuerzo de atención, el propio cambio de horario en el descanso y sueño. Pero a todo ello arremetemos con ilusión, es la Feria. Y en ella nos veremos abocados a conversar con aquellas personas que incluso ni las vemos regularmente. Como pasan los años, que extraño no conocía al tendero de los tomates… claro, en casa tengo trucado el espejo y no refleja la realidad de nuestros propios cambios, estos los vemos día a día y se notan menos, sí, sí, pero el consumo de champú para el pelo cada vez es menor. Bien, veámosle el lado positivo. 

Pero aún nos faltaría un especial esfuerzo que sumar a nuestras actividades, incluso a ser posible podríamos alargarlo una vez finalizada la Feria. Este sería encaminado a la mejora de nuestras relaciones. Con los propios feriantes, agradeciéndoles su esfuerzo y su trabajo en pos de que los demás nos podamos divertir. Con nuestros vecinos, con aquellos a los que en todo el año ni tenemos tiempo de saludarles. Con nuestras amistades, agradecerles su esfuerzo por estar ahí, escucharnos y ayudarnos cada día a reír, a divertirnos, a que olvidemos otros problemas. A nuestra familia, por echarlo todo en superarse, (que ya es difícil), por estar más guapos que nunca. Es, ¡La Feria! ¿De dónde venís? De… de, de… la feeeria. 
Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción)
 
NOTICIAS RELACIONADAS

Más recientes