El Arco del Nazareno fue demolido en el año 1957 y se volvió a levantar en 1963 bajo la dirección de Pons Sorolla. “El trabajo nuestro ha sido eliminar todas las capas de cal y capas de pintura plástica manualmente”, según Rafael Ruiz.
La prioridad para los trabajadores era el respeto al material original, en este caso, el ladrillo. “El aspecto final de acabado está hecho a base de cal y arena de canteras de aquí de Antequera”.
Una vez limpiadas todas estas capas, “terminamos de limpiar todo el ladrillo con un método en seco que era más respetuoso con el material original”, explicaba el restaurador.
El proceso con la junta de cemento fue lo más laborioso debido a la dureza de este. “Tuvimos que cortar con unas radiales para desempotrar las juntas y luego manualmente con cinceles para no dañar el ladrillo”.
La hornacina con la imagen del Nazareno es de José Jiménez y data del año 1963, cuando se reconstruyó el arco. “Estuvimos viendo la posibilidad de recuperar el original, pero está en muy mal estado”. Sí se ha recuperado el dorado del marco barroco original del siglo XVII.
En palabras de Manuel Baron: “Antequera recupera un espacio absolutamente artístico, barroco y antequerano”. “Todo el Arco se ha recuperado de una forma magnífica y muy respetuosa con el entorno”, según Ana Cebrián. Más información, edición impresa sábado 3 de marzo de 2018 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).